Aumentan los robos de bicis en el párking vigilado frente al Marco

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Los ladrones fuerzan candados a plena luz del día

12 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las bicicletas eléctricas son cada vez más apetecibles para los amigos de lo ajeno. Son vehículos que no resultan económicos y tienen una fácil salida en el mercado negro o de segunda mano. Cada vez las usan más usuarios y se confían demasiado cuando las dejan aparcadas en cualquier rincón de la ciudad. En Vigo los robos de bicicletas se repiten con frecuencia. Junto a las escaleras del Marco hay un aparcamiento de bicis donde, en menos de un mes ya han robado tres bicicletas. A los ladrones les da igual haya cámaras de vigilancia apuntando al aparcamiento de bicis en el edificio del museo.

Cristina del Río ha sido la última en ser víctima de la sustracción de su bicicleta eléctrica. Se trataba de una Whisper eléctrica que había costado más de 2.000 euros hace una década. Se la había regalado su novio y la usaba a diario en sus desplazamientos. Esta vecina del centro de Vigo había ido a Zara de compras y dejó a la bici candada junto al Marco porque una señora le había llamado la atención hace unos para que no la dejara atada a un banco. Al salir de la tienda se fue a tomar un aperitivo y, cuando regresó a cogerla, había desaparecido. Le habían robado la bicicleta a plena luz del día y a la vista de las cámaras de vigilancia y de todos los ciudadanos que paseaban por Príncipe en ese momento. Reconoce que quedarse sin la bicicleta fue un golpe muy duro. «Psicológicamente, no sé cómo estoy de pie», asegura esta ciudadana que utilizaba el vehículo para ir a ver a su madre durante la pandemia. 

Denuncia

Cristina del Río ha interpuesto una denuncia ante la policía. Los agentes acudieron ayer a visionar las grabaciones de las cámaras de vigilancia. Por su parte, ella colocó unos carteles en el aparcamiento para advertir a la gente que tuviera cuidado porque allí se roban bicicletas. Su bicicleta tenía un soporte especial para llevar tablas de surf y otro para documentos. Solía desplazarse entre Vigo y Patos y también se la había llevado a Cádiz unos días. «Al que me la robó, le pido que me la devuelva», dice.