Fervor infinito de los vigueses por el Cristo

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Miles de personas participaron en una procesión muy esperada tras dos años de ausencia

09 ago 2022 . Actualizado a las 13:06 h.

Vigo revalidó ayer su inmensa fe en el Cristo de la Victoria. Miles de personas se emocionaron al verlo salir en su majestuosa carroza. Había ansia por reencontrarse con este símbolo vertebrador e inspirador de la ciudad tras dos años de ausencia por culpa de la pandemia. Fue un doloroso paréntesis tras 200 años de fervor ininterrumpido.

A las siete y media en punto de la tarde, salía de la Basílica la imagen del Cristo, entre los vítores y aplausos de las cientos de personas que se agolpaban en la plaza, con el himno de España como telón de fondo interpretado por la banda de música de la Brilat. La procesión avanzó con lentitud por la estrecha calle Real, pero se ensanchó al llegar al Berbés, donde había miles de personas esperando. Al frente, un emocionado Manuel Manquiña portaba el estandarte. Entre las autoridades, se pudo ver caminar juntos al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y al alcalde de Vigo, Abel Caballero, así como a otros representantes de las instituciones de la ciudad, como el delegado de Zona Franca, David Regades, el presidente de la Autoridad Portuaria, Jesús Vázquez Almuiña, la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias y miembros de la corporación municipal.

El obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, también se encontraba en la procesión. Por la mañana presidió la misa solemne, cantada por la Coral Casablanca. En su homilía recordó la importancia de San Pablo en el cristianismo y destacó la trascendencia que tiene para la fe la celebración del Cristo de la Victoria. «No creemos en un Cristo muerto y destruido. Creemos en un Cristo que, muriendo, nos da la vida. Esto es, traducido en devoción y piedad, nuestra fiesta del Santísimo Cristo de la Victoria», explicó a los feligreses.

Balcones engalanados

Numerosos ciudadanos engalanaron los balcones de sus viviendas con banderas de España, de Galicia y de Vigo a lo largo de todo el recorrido de la procesión.

La megafonía acompañaba a los feligreses a lo largo de todo el recorrido con música clásica, oraciones y plegarias. La Policía Local cortó las calles adyacentes. Los hosteleros tampoco pudieron sacar mesas y sillas a la calle al paso de la procesión. Voluntarios de Vodea se desplegaron por el recorrido para velar por la seguridad de los asistentes.

El recorrido marcó hitos importantes. Fue el estreno oficioso de la gran plaza de la Porta do Sol, por donde pasó la multitud. Allí trabajaron desde primeras horas de la mañana un total de 26 personas de la Asociación de Alfombristas del Corpus de Ponteareas. Muchos devotos iban descalzos. Cumplían con una tradición basada en sentimientos muy profundos. «Increíble todo lo que pienso de él. A mí me ha ayudado mucho. Tengo un hijo con problemas y con mucha fe he venido durante 54 años. Gracias a Dios, ahora lleva diez años limpio», comentaba Nieves junto a la Basílica. «Vengo desde que nací y tengo 67 años. Para mí supone todo. Estoy ofrecida por un hijo que, con cinco meses, le pronosticaron 24 horas de vida y ya tiene 42 años», afirmaba Juana. Para otros lo importante es la tradición. «Vengo con la típica vela que se suele llevar, pero no tengo ninguna promesa. Solo acompaño a la familia», decía Fernando Álvarez.