Donan un retrato de un pintor vigués famoso el siglo pasado

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

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CEDIDA

Una vecina de Madrid entrega un óleo de Fernando d´Oliveira

09 ago 2022 . Actualizado a las 01:27 h.

La colección de arte gallego contemporáneo del Museo Quiñones de León se va a enriquecer con la donación de un cuadro de un pintor que fue muy popular durante el siglo pasado y que hoy en día permanece en el olvido. Una mujer residente en Madrid ha regalado al Ayuntamiento un retrato de su tía abuela creado por Fernando d´Oliveira. El director del museo de Castrelos se ha basado en su informe de aceptación en un artículo del gran periodista vigués Gerardo González Martín publicado en la edición de Vigo de La Voz de Galicia hace diez años.

Poco se conoce hoy en día acerca de este artista. Nació en Vigo en 1912 y dio sus primeros pasos en la especialidad que hizo famoso a su padre, el pergamino artístico. En el año 41 trabajó como delineante interino del Concello de Vigo, realizando pergaminos para la institución viguesa.

Su maestro en Madrid fue José Moisés, el retratista más popular entre la aristocracia madrileña de mediados del siglo pasado. En Vigo su obra se puede apreciar en los frescos del altar de la iglesia de las Trinitarias de la calle Ecuador, de 1954. También era de su autoría el tríptico de grandes dimensiones que había en la desaparecida residencia de mayores de la calle Pi y Margall. Fernando d´Oliveira también fue profesor en los colegios de San José de Cluny, los Maristas o en la Escuela de Artes y Oficios a finales de los años 60.

La obra propuesta para la donación es un retrato de una mujer, Edita Fernández, nacida en Nogueira de Ramuín en 1904 y fallecida en 2001. Se trata de un óleo sobre tela datado en Vigo en marzo de 1948. El cuadro fue encargado con toda probabilidad por su esposo, Rodrigo Alonso Villar, un comerciante de pinturas y de productos de droguería en la ciudad, que falleció a comienzos de los años 70.

Doña Edita fue una mujer burguesa que se caracterizaba por ser muy amable y cariñosa y que le gustaba viajar y los espectáculos como la ópera la zarzuela o el cine. La obra tiene interés para la colección municipal porque el museo no dispone de ninguna obra de este pintor. «Entre las líneas de adquisición del museo, debe prestar especial atención a artistas vigueses naturales o residentes, particularmente de los siglos XIX y XX, que tuvieran cierta trascendencia», señala el director del museo en su informe. Además el cuadro permite acercarse a un determinado estrato social vigués de los años 40 del siglo pasado, por lo que tiene un interés histórico.

Es un retrato muy característico de la época, creado con sobriedad, con un rictus serio, algo soberbio, que obedece a la estética de la elegancia, poco dada a la afloración de sentimientos.