La pobreza no coge vacaciones

Daniel Portela Otero VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Antía Castillo

La burocracia para conseguir una ayuda de emergencia municipal se prolonga hasta los dos meses o más. Beatriz Lorenzo sufre la acumulación de esperas

04 ago 2022 . Actualizado a las 13:32 h.

Beatriz Lorenzo ha esperado un mes para conseguir cita en la unidad de trabajo social (UTS) de Teis. La necesitaba para pedir la ayuda de emergencia social del Concello de Vigo, que se tramita a través del Rexistro Xeral para el que ahora hay esperas de quince días, como informó ayer La Voz. «Y eso después de todo lo que cuesta que te den la cita con Servicios Sociales», se lamenta esta mujer. Una vez tramitada, tendrá que esperar una o dos semanas más.

En el caso de Lorenzo, la solicitud «es puntual» y para alimentación, aunque el subsidio sirve también para evitar que las eléctricas y empresas concesionarias corten la luz o el agua por impago, y otras circunstancias de urgencia. Su situación es excepcional, señala la vecina, debido a circunstancias personales en las que influye el cuidado de menores, entre otros factores. «Insisto mucho. Toco puertas y tiro campanarios», asegura. Por eso, «solo» aguardó un mes.

Desde la plataforma contra la exclusión social Os Ninguéns, denuncian retrasos de hasta tres meses en verano por la reducción de personal en la administración. Durante el resto del año se extendían hasta los dos.

La ayuda tiene que ser avalada, siempre, por una persona trabajadora de una UTS. De ahí que es imposible saltarse este primer paso. «A mí me dieron cita presencial por mi situación peculiar, pero te pueden llamar por teléfono. Entonces te piden que acudas a la oficina para recoger los papeles que luego hay que entregar en el Rexistro», explica Beatriz Lorenzo, que recuerda que antes la cita para las oficinas municipales la daban de un día para otro.

Comisión de valoración

Al comprobar que en el Rexistro Xeral del Concello no tendría cita en quince días, la demandante se dirigió al de la Xunta, que permite recibir y digitalizar documentos dirigidos a cualquier Administración pública. Ese auxilio, una vez es tramitado, se valora en una comisión independiente del Ayuntamiento de Vigo que se reúne semanalmente. Los plazos de respuestas varían en función de la circunstancia, como explica una de las voluntarias de Os Ninguéns, Carla Leiras: «Dependen de cuando se reúna la comisión de valoración, si te cuadra cerca o no de tu petición y de su urgencia. Si es para un desahucio, un par de semanas, o veinte días. La tarjeta de alimentos es más rápida, una semana o menos».

Durante el curso los atrasos eran similares, según ha comprobado La Voz en varios correos facilitados por Os Ninguéns. Por ejemplo, la plataforma se dirigió a mediados de marzo a la UTS de Rivera Atenza para pedir una cita preferente por una persona a la que iban a desahuciar en las siguientes semanas. La vez la ofrecían para mayo, dos meses después. Ya les había sucedido con otra persona afectada, que no conseguía comunicarse por teléfono y no disponía tampoco de recursos digitales. Su cita la pidieron el 28 de febrero y se la dieron para el 18 de abril.

«No tienen manos para tanto volumen. Son ayudas para la alimentación, para evitar que te corten la electricidad o el agua, no son situaciones menores», sostiene Lorenzo, que insiste en la poca novedad de la situación. La burocracia y los largos tiempos de espera entre procedimientos ahogan más a quien menos recursos tiene y lo hacen durante todo el año. «La pobreza no coge vacaciones y, durante el verano, ciertos puestos quedan bajo mínimos», apunta Leiras.