Wöyza: «Me enamoré del rap de niña, con las cintas de casete de la Súper Pop»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La viguesa ha adaptado las cantigas de Martín Códax al estilo urbano con The Galician Messengers; este 11 de agosto actuará en Castrelos tras triunfar en O Son do Camiño

10 ago 2022 . Actualizado a las 18:32 h.

«Me llaman la voz negra. ¿Negra? Pero... ¡Mírame!». Con humor, Sofía Trigo (Vigo, 1984) —Wöyza sobre el escenario— va derribando los mitos que se han construido a su alrededor y que la están acorralando. «Me han puesto la etiqueta de rapera y con este proyecto no me van a poder llamar rapera. Estoy cansada de las etiquetas». Haber versionado a Martín Códax, haciendo que las Cantigas de amigo suenen a hip hop, es el último de sus proyectos en una carrera de varias décadas de música urbana. Antes de Ay Deus y Campo Estrelado hay decenas de temas en gallego y castellano que la artista ha compuesto desde un prisma femenino y feminista, rompiendo algunos moldes para ampliar sus horizontes musicales y personales. «Estoy supercontenta porque estoy empezando un proyecto nuevo, con una nueva banda, The Galician Messengers, un repertorio diferente, estamos en festivales importantes, ¡y todo esto sin haber sacado disco!».

Tras haber actuado en escenarios como O Son do Camiño o The Wild Festival en Oia, Wöyza se subirá a Castrelos en 11 de agosto con Hijos de la Ruina. «Es fantástico representar a los artistas de mi ciudad en el palco más importante». Aunque ahora vive en Moaña, Sofía Trigo creció en la zona de Hispanidade, en Vigo, rodeada de sus primos. Ya entonces formaba grupos y daba conciertos, pero también creaba música y escribía poemas. «Con 8 o 9 años tenía un grupo con mi amiga Sara, componíamos canciones, las grabábamos, y yo me creía que íbamos a petarlo». Sus temas los corean ahora miles de personas y sus colaboraciones con raperos como Nach acumulan cientos de miles de reproducciones. «Descubrir el rap y el hip hop para mí fue un enamoramiento. Recuerdo escuchar con 12 años a MC Randy y a MC Hammer. Mi padre trabajaba en una distribuidora de prensa y me traía las cintas de casete de la Súper Pop. Venían dos casetes naranjas con cuatro singles. Fue mi primera relación con el rap». Desde entonces, sigue su historia de amor que se ha ido nutriendo también del soul, «de niña escuchaba coros góspel en la tele y lloraba de la emoción».

Generación Tanxugueiras

Wöyza forma parte de los nombres de mujeres artistas gallegas que están revolucionando el panorama musical. Del éxito de Tanxugueiras ya advirtió Sofía Trigo hace varios años. «Siempre dije que el futuro de la música en Galicia es femenino. En nuestra historia están las pandereteiras, las cantareiras, en cualquier lugar de Galicia hay un coro, es algo que está en nuestra cultura. Ya en el 2020 hice un ensayo sobre el futuro de la música en el que hablé de las Tanxugueiras. Pero antes, las pandereteiras iban detrás del gaiteiro, no se las consideraba músicas. Ahora es el momento de hacerle homenaje a nuestras precursoras».

También en el formato, esta artista ha sabido adelantarse. En el 2008 sus canciones ya podían descargarse de internet. «Pisando el suelo que ves lo subimos a la web y tuvimos un millón de descargas. Flipamos porque, de repente, nos escuchaban en Yemen». En ese momento ni siquiera existía Spotify en Europa y estaba naciendo Youtube. «Me da pena no editar discos, pero la gente lo prefiere así. La parte buena es que generamos menos plásticos». Los artistas viven en buena medida de sus conciertos, y ahí la rapera viguesa se eleva. «En el escenario quiero dejar algo de mí en los demás, no sé si por egoísmo o altruismo, quiero compartir esas emociones con otras personas. Yo soy una persona tranquila pero tengo un mundo interior que me cuesta dominar. No podría tener un trabajo sentada en una oficina, tengo que moverme, si no, siento que la creatividad se empieza a morir. Necesito vivir».

Es una pasión que enseña a las artistas incipientes de las que es vocal coach. A través del programa Descúbreas, de la Diputación de Pontevedra, Wöyza ejerce de mentora de talentos emergentes. «Algunas escriben increíble pero les digo que tienen que buscar su propia personalidad. Lo difícil es encontrar ese algo genuino, auténtico, y estoy segura de que todas lo tienen, hay que bucear en una misma. También trabajamos mucho el sonido, tienen que saber cómo hacer una prueba de sonido, cómo es un delay, o en qué consiste el autotune. Tienen que ser responsables de sus necesidades, si depositas en otros tu responsabilidad, pierdes tu capacidad de tomar decisiones». Y hay decenas cada día: «Lo odio pero es necesario».

Heredera de talento. Recibe su voz de ancestros artistas como su tía abuela Elsa, que era vedette, o un tío bisabuelo fue cantante lírico en Sudamérica
Heredera de talento. Recibe su voz de ancestros artistas como su tía abuela Elsa, que era vedette, o un tío bisabuelo fue cantante lírico en Sudamérica

La libertad y soberanía musical es un pilar fundamental del proyecto de Wöyza. En su independencia radica el origen de su éxito, su intuición no siempre sigue el camino convencional pero la lleva a triunfos insospechados. «Cuando trabajé con Cristina Pato en el proyecto de Martín Códax, hicimos una melodía superpegadiza. Ay Deus quedó ahí, pero me estaba pidiendo más. Como algo se me meta entre ceja y ceja, me lanzo al vacío. Suelo acertar aunque también tengo mis fracasitos. Pero no pasa nada, queda ahí para cuando tenga que ser». Y si no es, ella consigue crearlo. Ahí radica su éxito.

Su canción

«Candles in the sun», de Miguel. «Además de tener un ambiente muy ecléctico, la guitarra es spercool y sobretodo me gusta Miguel, que es supersexy y pasional. La letra ya entra preguntando si existe Dios, o si es mujer, y por qué deja que nos matemos entre nosotros cuando deberíamos estar juntos y ayudarnos».