Las concesiones de los frigoríficos chocan con la reconversión de Beiramar

Alejandra Pascual Santiago
A. pascual VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Los nuevos residentes convivirán con la industria al menos dos décadas más

10 jul 2022 . Actualizado a las 04:50 h.

Los frigoríficos seguirán condicionando la fachada marítima de Vigo al menos dos décadas más. La aspiración municipal de convertir en residencial el entorno de la avenida de Beiramar pasa por que la obra nueva conviva en Jacinto Benavente con 26.000 metros cuadrados de capacidad de almacenamiento y frío, donde se conservan productos del mar y derivados que tradicionalmente funcionan como una relevante palanca económica en el área de Vigo ya que funcionan a pleno rendimiento. Frigalsa-Atunlo, Centro Loxístico Porto de Vigo (CLPV) y Pereira Productos del Mar son las firmas que apuntalan el legado frigorífico de Beiramar. La marcha de Albo, que se instalará en la plataforma logística de Salvaterra-As Neves, ha vuelto a abrir el debate de la reconversión y modernización de este entorno portuario y la modificación de su fisonomía para adaptarse a los nuevos tiempos.

Frigalsa y Atunlo, que alcanzaron un acuerdo para operar conjuntamente en Beiramar desde 2016, prorrogaron el año pasado su concesión hasta el 2031. El frigorífico gallego y la firma de distribución de atún ostentan la mayor capacidad frigorífica del entorno: 13.173 metros cuadrados en los que se pueden conservar hasta 3.500 toneladas de pescado.

CLPV desembarcó en Beiramar para dinamizar terrenos abandonados de Frigodis (Pescanova) y Pescapuerta. Cuenta con 11.217 metros cuadrados para el almacenamiento capaces de albergar 5.800 toneladas de pescado congelado. Y la intención de esta sociedad, formada por Comercial Pernas, es aumentar su presencia en esta zona de Vigo. Para ello, CLPV se ha hecho con la concesión de la nave de la antigua Frigoríficos Berbés por quince años, donde pretende ensanchar su capacidad de frío en 3.800 toneladas más.

El grupo Pereira aporta otros 2.020 metros cuadrados de capacidad de almacenamiento de pescado congelado. Pero la intención de la compañía pasa por modernizar su edificio de Beiramar, donde también venden al público, y convertirlo en un centro de I+D. Cuentan con una concesión para quedarse en esta ubicación un cuarto de siglo más.

Estas son las tres casas que aspiran a continuar su estancia en Beiramar y condicionan con su actividad los planes residenciales en la zona. Cuentan con salida por Jacinto Benavente, por donde registran la mayoría de los pedidos e insistiendo en el uso eminentemente industrial de la calle. La humanización, más bien, se está llevando a cabo en la propia Beiramar, sobre la acera pegada al mar, donde el Puerto de Vigo ha reservado una inversión de más de diez millones de euros.

Tras la marcha de Albo, que tiene previsto arrancar su actividad después del verano en la Plisan, la acera de Jacinto Benavente en la que está instalada la conservera se quedará prácticamente sin actividad. El futuro Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) analiza las posibilidades de dotar a las parcelas 19, 21, 23, 25, 27 y 28 de uso terciario y residencial. Pero, de nuevo, la simultaneidad de terrenos abandonados, fachadas históricas y empresas a pleno rendimiento condiciona los planes y la velocidad de ejecución de nuevos edificios residenciales.

Los pisos de obra nueva de Inveravante y la cooperativa Riamar vuelan

Uno de los últimos terrenos edificables que quedan en Vigo en primera línea de mar, la curva de San Gregorio entre la avenida Beiramar y Tomás Alonso, se convertirá en mayo del 2023 en un conjunto de 39 viviendas. La cooperativa Riamar gestiona la edificación con un presupuesto aproximado de tres millones de euros. Oreco Balcón es la constructora. Esta promoción, que se ofrece como una «oportunidad de inversión» agita el mercado inmobiliario de Beiramar a la altura de los astilleros. Cerca del puerto pesquero, es Inveravante, a través de su división inmobiliaria Avantespacia la que ha apostado por sembrar pisos y contribuir en la reconversión de este entorno. Entre las dos ofrecen 194 viviendas.

Demanda

Y hay demanda. La urbanización de la curva de San Gregorio vendió prácticamente todas las propiedades —39 en total— sobre plano. Son pisos de 90 metros cuadrados útiles de tres habitaciones y alrededor de 70 metros cuadrados de dos dormitorios. En el caso de Inveravante, también arrancaron las obras para acondicionar el terreno de la antigua Cordelerías Mar. La promoción ya se había vendido en un 60 %. Los precios de las viviendas van de los 143.000 a los 485.000 euros, gastos e IVA aparte. El Barrio do Cura, promovido por Gestilar, también podría contribuir a la aceleración de la reconversión de Beiramar y su acondicionamiento con espacios verdes y parques.