Un profesor de Vigo denuncia acoso laboral tras archivarse un caso de abuso sexual contra él

VIGO CIUDAD

Ermel Morales, denunciante, junto a su abogada Pilar Díez
Ermel Morales, denunciante, junto a su abogada Pilar Díez XOAN CARLOS GIL

El docente pide que se retiren las pancartas colocadas contra él cuando se reincorporó a la Escuela Superior de Arte Dramático

11 jun 2022 . Actualizado a las 00:41 h.

No tiene ninguna cuenta pendiente con la justicia, pero sí una presión diaria en su lugar de trabajo. Cuando Ermel Morales entra en la Escuela Superior de Arte Dramático de Vigo lo primero que observa es una pancarta en la que se cuentan los días en los que el centro dejó de ser «un espacio seguro». Profesoras y alumnas la colocaron el lunes pasado, el mismo día que se reincorporó a su puesto como profesor de interpretación textual. Las instalaciones educativas están llenas de carteles. Ermel fue uno de los tres profesores denunciados por varias alumnas por hacerles tocamientos en clase y verter comentarios lujuriosos.

El caso se desinfló durante la instrucción y no llegó a juicio. «La realidad es que ninguna denuncia se sostenía. No era la palabra de ellas contra la de él. A todo presentó contrapruebas para desmontar las acusaciones», afirma su abogada Pilar Díez López.

«Yo también podría empapelar el centro con el auto de archivo libre, pero no lo hago», afirma él. Dice que quienes están detrás de esta campaña son una minoría: «Hay profesores que tienen miedo a saludarme. Mucha gente se acerca a mí, pero para vernos fuera de la escuela». Ermel asegura que muchos profesores esperaban la resolución favorable. «Por fin vieron que puedo volver a vivir —afirma—, pero no pueden abrir la boca porque si lo hacen son tachados. Una de las consignas es que van de negro porque he vuelto».

Ante este clima hostil que se ha encontrado tras un año y ocho meses apartado de la docencia, su abogada afirma que tomarán medidas legales para pedir responsabilidades por el acoso del que afirma es víctima su cliente. Han pedido que la Consellería de Educación ordene la retirada de los carteles, que asegura que están generando un problema de convivencia en el centro.

«Durante toda la vida he intentado formar al alumnado para que después trabajen en el cine con todo el amor del mundo. Ahora me veo que, de golpe, no puedo dar clase con este ambiente», lamenta. Cuenta que el antecedente de este caso, que le hizo entrar en depresión, está siete años atrás, cuando inició una relación con una exalumna que hoy en día es su mujer y madre de su hija, una situación que provocó, dice, odio en el centro. «Me llamaron desde la dirección. Fui acusado de abusos. A su modo de ver, debería renunciar a mi puesto de trabajo», afirma.

Ermel trabaja como director de cásting para producciones audiovisuales y eso le generó «amistades fuera de la escuela, pero también ciertos rencores de gente por no haberla recomendado». Su abogada afirma que había interés en inhabilitarlo penalmente para que no pudiera optar a una plaza fija en el centro. «La profesora que leyó un manifiesto el día que se incorporó al trabajo es la número seis, y hay cinco plazas. Si este señor se va fuera, ella entra», afirma. Ermel Morales lamenta que la mayor parte de las alumnas que acudieron a la concentración de protesta convocada con motivo de su reincorporación a su puesto de trabajo ni siquiera le conocen porque nunca les ha dado clase.