El hostelero cuenta que Ozaki es muy especial no solo a la hora de criar las reses. También a la de venderla. «Solo da su producción a un restaurante por ciudad, no quiere que haya rivalidades entre los restaurantes. El distribuidor japonés con base en Alemania que nos proporciona carne de su ganadería le contó que nosotros vendemos mucha carne suya y decidió venir a conocernos», explica aclarando que tiene también de otras variedades, como Hyogo, que es de la prefectura de Kobe, y la Wagyu, ternera japonesa, criada y sacrificada en Chile. Las piezas frescas, no congeladas, llegan en avión desde Japón, vía Alemania, envasadas al vacío. «Wagyu es todo. Cada granja hace sus producciones, pero solo es Kobe la que nace de las vacas de la pura raza Tajima en la provincia de Hyogo, de la que Kobe es la capital», explica añadiendo que no todas llegan a ser Kobe. Pasan por un estricto proceso de selección que en el matadero decide si alcanza los estándares exigidos para merecer el sello.