Tres misteriosas desapariciones en Vigo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Estos son los tres casos de la zona que siguen activos en SOS Desaparecidos. Las búsquedas llevan tiempo: el joven Daniel Veloso apareció sin vida en un monte 19 años después

22 may 2022 . Actualizado a las 20:28 h.

La Policía Nacional de Vigo investiga dos desapariciones, la del «skater» Jorge Joel, cuya última pista sitúa su móvil en un albergue de Tomiño, y la de Manuela Barbosa, perdida cuando llegó a Arcade. Hay un tercer caso que sigue activo en SOS Desaparecidos, el del taxista ourensano que alquiló un coche para ir a la estación de buses de Vigo en el 2013. Las búsquedas llevan tiempo: el joven Daniel Veloso apareció sin vida en un monte 19 años después.

jorge joel fernández, alumno de diseño de moda y «skater»

Una señal sitúa su móvil en Tomiño, en un centro de reposo para chicos sin techo

Tras casi cuatro meses desaparecido, la familia del skater Jorge Joel Fernández, de 22 años, tiene una nueva pista. Una señal de su móvil sitúa el 9 de marzo al dispositivo dentro del municipio de Tomiño, en O Baixo Miño, en las inmediaciones de un centro de reposo o descanso gratuito para personas sin techo. Al parecer, el poseedor del móvil se conectó durante uno o dos minutos a la red social de Instagram y lo volvió a apagar. Es la última señal y estaba activada en toda la zona.

La familia, residente en Vigo, hizo búsquedas en Internet y viajó a Tomiño un domingo a preguntar en el Pazo de Mosteiro Troncoso de Lira. En este hospedaje aseguraron ayer a La Voz que carecen de alojamientos gratuitos y que un pazo de la provincia de Ourense tiene un nombre similar.

Las indagaciones de la familia, inmigrantes ecuatorianos afincados en Vigo, se ven obstaculizadas porque los albergues se niegan a revelar datos de los usuarios si no presentan un permiso policial para hacer preguntas; consideran que se trata de un asunto privado de cada huésped.

«Me habló una señora de Tui de que un albergue de la zona acogía a chicos que andaban por la calle. Joel le dijo a un amigo que iba a estar lejos de todo, creemos que podría estar en un centro de reposo o un asilo», dice una familiar. En Tomiño hay un santuario que alojaba a personas sin hogar y que cerró en el 2020.

La pista de Jorge Joel Fernández Viñán se pierde el 29 de enero. Este estudiante de diseño de moda pasó por la Escuela de Artes y Oficios (Emao) y era aficionado al skate. Pasó la tarde del sábado con unos amigos, volvió a su casa y una hora después se marchó con su monopatín sin decir nada. No se llevó ni tarjetas ni dinero pero en el suelo de su habitación aparecieron unas notas con frases «raras». Algunos amigos creen que son bocetos artísticos. El joven estaba a tratamiento.

Su señal de móvil se pierde esa misma medianoche en el final de la calle Coruña. La familia rastreó los albergues y naves abandonadas de Beiramar y la policía nacional se centró en los descampados. Los agentes también examinaron el ordenador de la habitación de Joel sin ver nada raro.

«Se lo tragó la tierra. Pasaron cuatro meses y no hay noticias de él, ni muerto ni vivo», dice el padre. También pidieron ayuda al consulado ecuatoriano.

manuela barbosa, fue a visitar a una hija

Una redondelana a la que vieron por última vez hace 10 meses en Arcade

Este es el segundo caso activo de desaparición que investiga actualmente la Policía Nacional de Vigo-Redondela y del que, según admiten fuentes internas, no se sabe nada. Se trata de Manuela Barbosa Sousa, que tendría ahora 67 años, natural de Soutomaior y vecina de Redondela, municipio al que se mudó hace años a vivir con su marido. Desapareció el 13 de julio del 2021, hace más de diez meses cuando viajó a Arcade a visitar a una de sus dos hijas. Su descripción es la de una mujer de 1,68 centímetros de estatura, 68 kilos de peso, pelo rubio, ojos negros y delgada.

La pista se le pierde en el núcleo urbano de Arcade, en Soutomaior, a donde se trasladó en taxi desde Redondela. Vestía un vestido de asas de color beis, con motivos de flores y círculos, sandalias beis y un bolso de paja.

Los rastreos se centraron en la zona de montes próximos a Arcade pero sin éxito. Hubo batidas a caballo, con drones, con perros de rastreo y con buzos en el río.

Por eso, una de las hijas sospecha que «la mataron» porque si se hubiese caído por accidente ya habrían encontrado el cuerpo. Otro dato a tener en cuenta es que Arcade es una de las pocas localidades de la comarca que tiene una céntrica estación de tren con conexión a Vigo y Pontevedra.

Un detalle que llama la atención es que Manuela Barbosa no llegó directamente en taxi a la puerta de la casa de su hija sino que ordenó parar a su chófer a la entrada del pueblo y se apeó. Quizás solo quería dar un paseo o ver una tienda. A las 15.30 horas, unos testigos la vieron bajar caminando hacia la casa de su hija y ahí es la última vez que la ven. La última imagen real de ella es captada por una cámara de una sucursal de Abanca en Arcade cuando pasó por delante. Descartan que la mujer sufriese una desorientación, porque alguien la habría encontrado. Temen que algún testigo haya visto algún detalle clave pero lo calle por miedo a meterse en líos.

Sus hijas no encuentran explicación a la desaparición. Hace unos meses, una allegada comentó que si alguien sabía de su paradero, al menos, podía tirar el cuerpo en algún lugar visible para que la familia la encuentre.

En los últimos meses, la policía ha seguido comprobando pistas y llamadas de testigos.

MIGUEL VILLAR

elías carrera, aparcó su coche alquilado en la estación de bus

El taxista ourensano cuya pista se perdió en Vigo en el 2013

La ciudad de Vigo es el último lugar donde fue visto hace casi nueve años el taxista ourensano Elías Carrera Colmenero. Se encuentra en paradero desconocido desde el 18 de julio del 2013, cuando alquiló un coche en Ourense y lo devolvió horas después en Vigo. Su mujer e hijas no saben nada de él desde entonces.

En el momento de su desaparición tenía 61 años, por lo que ahora habría cumplido 70. Es descrito como un hombre de 1,75 metros de altura, pelo corto y liso, cabello castaño, ojos marrones y complexión normal.

Llevaba casi dos décadas como taxista en la capital ourensana. Elías Carrera comió en casa con sus dos hijas, ellas se retiraron a descansar y él se marchó sin avisar. Se fue de casa sin documentos de identificación ni bancarios. Lo único que faltaba era su tarjeta médica. Un compañero de trabajo las llamó al día siguiente para decirles que lo había visto entrando en la oficina de alquiler de coches de la estación de tren de Ourense. Luego se supo que Carrera llegó hasta la estación de autobuses de Vigo, donde dejó el vehículo alquilado.

Su familia estaba en su día convencida de que su marcha fue voluntaria, porque en los últimos meses él mostraba un perfil depresivo, pero sin problemas graves familiares o económicos que justificasen una fuga. Elías cambió su personalidad cariñosa y responsable y se volvió callado. No era el mismo ni estaba bien.

La esposa e hijas buscaron incluso en el norte de Portugal. En el 2018, un testigo dijo haberlo visto en las inmediaciones de Vigo.