Por eso, una de las hijas sospecha que «la mataron» porque si se hubiese caído por accidente ya habrían encontrado el cuerpo. Otro dato a tener en cuenta es que Arcade es una de las pocas localidades de la comarca que tiene una céntrica estación de tren con conexión a Vigo y Pontevedra.
Un detalle que llama la atención es que Manuela Barbosa no llegó directamente en taxi a la puerta de la casa de su hija sino que ordenó parar a su chófer a la entrada del pueblo y se apeó. Quizás solo quería dar un paseo o ver una tienda. A las 15.30 horas, unos testigos la vieron bajar caminando hacia la casa de su hija y ahí es la última vez que la ven. La última imagen real de ella es captada por una cámara de una sucursal de Abanca en Arcade cuando pasó por delante. Descartan que la mujer sufriese una desorientación, porque alguien la habría encontrado. Temen que algún testigo haya visto algún detalle clave pero lo calle por miedo a meterse en líos.
Sus hijas no encuentran explicación a la desaparición. Hace unos meses, una allegada comentó que si alguien sabía de su paradero, al menos, podía tirar el cuerpo en algún lugar visible para que la familia la encuentre.
En los últimos meses, la policía ha seguido comprobando pistas y llamadas de testigos.
elías carrera, aparcó su coche alquilado en la estación de bus
El taxista ourensano cuya pista se perdió en Vigo en el 2013
La ciudad de Vigo es el último lugar donde fue visto hace casi nueve años el taxista ourensano Elías Carrera Colmenero. Se encuentra en paradero desconocido desde el 18 de julio del 2013, cuando alquiló un coche en Ourense y lo devolvió horas después en Vigo. Su mujer e hijas no saben nada de él desde entonces.
En el momento de su desaparición tenía 61 años, por lo que ahora habría cumplido 70. Es descrito como un hombre de 1,75 metros de altura, pelo corto y liso, cabello castaño, ojos marrones y complexión normal.
Llevaba casi dos décadas como taxista en la capital ourensana. Elías Carrera comió en casa con sus dos hijas, ellas se retiraron a descansar y él se marchó sin avisar. Se fue de casa sin documentos de identificación ni bancarios. Lo único que faltaba era su tarjeta médica. Un compañero de trabajo las llamó al día siguiente para decirles que lo había visto entrando en la oficina de alquiler de coches de la estación de tren de Ourense. Luego se supo que Carrera llegó hasta la estación de autobuses de Vigo, donde dejó el vehículo alquilado.
Su familia estaba en su día convencida de que su marcha fue voluntaria, porque en los últimos meses él mostraba un perfil depresivo, pero sin problemas graves familiares o económicos que justificasen una fuga. Elías cambió su personalidad cariñosa y responsable y se volvió callado. No era el mismo ni estaba bien.
La esposa e hijas buscaron incluso en el norte de Portugal. En el 2018, un testigo dijo haberlo visto en las inmediaciones de Vigo.