El exportador de pescado que se convirtió en sacerdote a los 62 años

Monica Torres
Mónica Torres VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Alberto Novoa, párroco en Tui, cambió la lonja por el seminario mayor cuando un cura le convenció de que estaba a tiempo de hacer mucho si tenía vocación

20 may 2022 . Actualizado a las 00:57 h.

Alberto Novoa Vila era exportador de pescado en la lonja de Vigo. Durante años compaginó sus estudios universitarios con jornadas en el puerto de cuatro a ocho de la mañana. Natural de la parroquia de San Andrés de Valadares, en Vigo, a los 55 años tomó la decisión de convertirse en sacerdote y se matriculó en el Seminario Mayor San José, en la avenida de Madrid. Aseguraba que lo suyo no era una vocación tardía «porque la tuve desde siempre». En un momento dado, vio claro que debía acudir a la llamada de la Iglesia y dejar su trabajo estable como vendedor del género descargado en O Berbés. Fue «cuando un sacerdote me dijo que aún podía hacer mucho y me hizo meditar».

A los 62 años, en el 2012, fue ordenado sacerdote y le dio tiempo a ejercer durante toda una década. Este miércoles falleció con 72 años en su domicilio de Ponteareas «después de un largo tiempo de enfermedad», comunicó el Obispado. «Si trabajas solo para conseguir beneficios materiales y no le infundes fe, no hay sacerdocio real», dijo en una ocasión. Los feligreses de varias parroquias de Vigo, Ponteareas y Tui pueden dar testimonio de su labor. Empezó como diácono en la parroquia de San Antonio de La Florida, luego fue administrador en Fontenla y Liria y párrroco de Pias, Bugarín y Fozara. Desde febrero del 2019 se ocupó de las parroquias de Caldelas, Baldráns, Entenza, Paramos y Parderrubias.

Novoa se educó en Uruguay a temprana edad, pero fue como seminarista cuando se sintió en plenitud como alumno, acudiendo a las clases del rector Ángel Marzoa Rodríguez y completar los ciclos de filosofía y teología. A su madre Isolina la hizo feliz, una vez superada la sopresa, cuando se vistió el alzacuello. Se la notaba orgullosa. Y así fue como don Alberto se ganó la vida cambiando la comercialización de pescado por la palabra de Cristo. «Cambié de amo, y paga muy bien; si muchos de los jóvenes que están en la cola del Inem supieran lo bien que paga este amo, estarían en la de la Iglesia», dijo a punto de celebrar su primera eucaristía.

Hoy jueves, a las 17.00 horas, se celebrará una misa exequial en la parroquia de san Martiño de Caldelas de Tui para, posteriormente, darle cristiana sepultura en el cementerio de San Andrés de Valadares.