Concentración por el juicio a seis sindicalistas de Barreras por allanamiento y coacciones en Vigo

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

E. V. Pita

Barreras pide multas de 1.080 euros a cada uno de los sindicalistas por «forzar» una reunión con la directiva mientras ellos alegan que tratan de «criminalizar a loita sindical»

18 abr 2022 . Actualizado a las 23:14 h.

Medio centenar de trabajadores se han concentrado esta mañana ante los juzgados de Vigo para apoyar a seis sindicalistas que son juzgados hoy por el supuesto allanamiento de las instalaciones del astillero Barreras en mayo del 2021. La vista se está celebrando a lo largo de la mañana de este lunes en la sala de la Audiencia, escogida por sus grandes dimensiones. El juicio corre a cargo de la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo. La empresa los denunció por supuestas coacciones al forzar una reunión con la directiva mientras que la CIG lo considera una ocupación simbólica de los astilleros vigueses. 

La concentración solidaria fue convocada por la CIG. Consideran que la entrada a las instalaciones fue un acto simbólico para reclamar carga de trabajo y pedir una solución a la crisis que atraviesa la constructora naval. Algunos trabajadores que acudieron a la concentración de esta mañana dijeron que estaban allí en apoyo a sus compañeros de Barreras.

Entre los sentados en el banquillo figuran el secretario comarcal de la CIG-Vigo, Alberto Gonçalves, el responsable de la CIG-Industria de la comarca, Xulio Fernández, y el ex delegado de la central sindical en el comité de empresa de Barreras, Rafa Pérez, que también fue despedido como represalia por una acción reivindicativa. Según el sindicato CIG, con ese despido, la empresa «buscaba impoñer o medo entre o persoal». 

La empresa les acusa de invadir las oficinas del astillero y coaccionar a los directivos para «forzar» una reunión con la firma naval. Por ello, reclama sendas multas de 1.080 euros. 

Alberto Gonçalves indicó que la empresa trata de «criminalizar a loita sindical» porque lo único que buscaban los trabajadores era conseguir celebrar una reunión con la empresa para que les explicase la situación de Barreras pero llevaban mucho tiempo sin recibir una contestación, y no tenían inconveniente en acordar una cita para unas semanas después. Sin embargo, los directivos accedieron a recibirlos de inmediato y fue una «reunión cordial, non houbo nada de nada». Recalca que el astillero, cuando entraron sin permiso, estaba «valeiro, coas portas abertas» y solo accedieron a la explanada sin interrumpir los trabajos. Añade que «fixemos unha ocupación pacífica» para denunciar públicamente la situación de Barreras y sus auxiliares.

Lamentan que la empresa despidiese al delegado sindical, Rafa Pérez, el cual, según dicen sus compañeros, no tenía nada que ver con el acto sorpresa que organizaron a sus espaldas. Cuál sería su sorpresa cuando 15 días después la empresa los denunció a todos y aprovecharon el incidente para «adornar» el despido del delegado sindical.

E. V. Pita