Microcréditos con intereses de hasta el 5.000 % inundan los juzgados de Vigo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Los jueces han recibido esta semana decenas de reclamaciones de plataformas para exigir el pago de pequeños préstamos «on line»

02 abr 2022 . Actualizado a las 01:46 h.

«Obtén el dinero en tu cuenta hoy mismo y en 15 minutos». «El préstamo exprés on line que estabas buscando». «No importa tu historial crediticio». Anuncios de microcréditos en Internet como estos sirven como cebo para enganchar a clientes empobrecidos o sin avales. Los microcréditos son préstamos que se conceden de inmediato y por pequeñas cantidades, de 100 a 1.500 euros aunque algunas marcas otorgan hasta 6.000 o 10.000. Pero tienen truco: cargan intereses muy altos y a muy corto plazo.

Las primeras reclamaciones de clientes contra los microcréditos están llegando a los juzgados de Vigo. Esta misma semana, un deudor cerró un acuerdo extrajudicial para anular los intereses abusivos. Algunos abogados ya definen a los microcréditos como «la tormenta perfecta». A su vez, los juzgados de Vigo han recibido esta semana decenas de casos de empresas financieras que reclaman la devolución de esos préstamos de pequeñas cantidades que sus clientes no han pagado.

El caso más reciente de un deudor que ha logrado anular un microcrédito es de esta misma semana. El cliente firmó el martes un acuerdo extrajudicial en Vigo con una financiera que le concedió dos microcréditos, uno de 900 euros y otro de 1.800, y le cobró 7.150 euros en total. Le cargó el triple de intereses que los 2.700 euros que recibió en metálico. El cliente llevó a los tribunales a la entidad por aplicarle intereses de usura pero el juicio, que se iba a celebrar el jueves, se canceló porque llegaron antes a un acuerdo para devolverle los intereses.

El bufete Asesority Abogados llevó ese caso. «El interés aplicado fue del 5.569,39 % del TAE (tasa anual). Al anular los intereses, le devuelven 4.450 euros y las costas. Esta situación se repite en muchos, el cliente paga tres veces lo que le prestaron», indica el CEO, David Alfaya.

No es un caso único. El abogado Carlos Arce cita intereses habituales del 368 % y también del 3.000 %. «Las víctimas de estas cosas suelen ser personas con poca capacidad económica y que ni se informan ni son capaces de reaccionar, por vergüenza, por no poder pagar un abogado, por ignorancia o por desidia», afirma.

David Alfaya explica que, cada vez, se piden más préstamos rápidos o microcréditos con intereses muy altos. «Da igual lo que carguen porque cuando alguien necesita dinero para cubrir las necesidades básicas, solo importa el presente».

Muchos clientes, ante la facilidad de conseguir dinero rápido, piden créditos a 15 entidades distintas para salvar el día a día aunque, al final, caen en una espiral de deuda. «Estas pequeñas deudas no se pueden devolver y más por la situación actual, lo que hace que aumente por los intereses. Se vuelven a pedir nuevos préstamos y, al cabo de un tiempo, acaba explotando. Tenemos clientes con microcréditos de 15 entidades», dice el CEO de Asesority Abogados.

Los juzgados de lo civil observan en su día a día cómo les llega a sus mesas una montaña de reclamaciones de deuda. Alfaya desde su bufete presiente la misma avalancha: «Se está preparando todo para la tormenta perfecta, quizás llegue en unos meses».

El abogado teme que el endeudamiento de las familias y consumidores sea «excesivo» pero las entidades «no dejan de ofrecer dinero porque saben que la gente lo está pasando mal». Para el directivo de Asesority, esto solo puede terminar «con una crisis más grande, donde las insolvencias aumentarán y cada vez más gente solicitará la Ley de Segunda Oportunidad». Prevé un colapso de los juzgados con reclamaciones exprés de deudas (monitorios), ejecuciones y concursos de personas físicas (familias en quiebra) que se acogen a la ley de la segunda oportunidad.

«La gente se infla a pedir microcréditos y después piden acogerse a la segunda oportunidad», dice la abogada María Cristina Cores, del bufete Salceda & Abogados. Ella se encarga de acometer la fase posterior a solicitar microcréditos, que consiste en exonerar a las familias en quiebra y dejarlas con deuda cero.

Avalancha de demandas

Un juzgado de primera instancia de Vigo ha recibido esta semana 15 demandas por el procedimiento monitorio o exprés. Son reclamaciones de dinero que oscilan entre 300 y 2.000 euros y que proceden de préstamos al consumo y de compras realizadas con las tarjetas de los hipermercados. «Aquí se incluyen, por ejemplo, la compra de un colchón, un viaje o la cesta del súper», dice una letrada judicial.

Si la carga de microcréditos que examina un único juzgado se multiplica por once, resultan 165 casos a la semana. Generalmente, son reclamaciones promovidas por los acreedores ya que pocos clientes se oponen, por ahora, y piden la anulación de los intereses. Otros juzgados dan una cifra más baja, de cinco demandas a la semana: «Son reclamaciones por cantidades pequeñas, de menos de mil euros, promovidos por plataformas de Internet».

«Las empresas hacen el requerimiento de pago y el deudor puede hacer tres cosas: pagar, oponerse o no hacer nada, con lo cual pasa a ejecución», dice una letrada judicial. Previamente, el juez elimina de la deuda las comisiones y los intereses abusivos.

Carlos Arce: «Parece dinero fácil sin burocracia pero son un peligro y no una solución»

El abogado Carlos Arce, del bufete Arce Abogados de Marín, explica que los microcréditos son préstamos al consumo que conceden determinadas empresas. «Es importante transmitir que son un peligro y que no son solución de ninguna deuda. Su principal característica es que se conceden sobre cantidades no muy elevadas y de disposición casi inmediata sin grandes requisitos, desde 100 euros a 5.000», indica.

Arce añade que «el peligro de este tipo de préstamos son los plazos de devolución y el tipo de interés, más concretamente la TAE (que es lo que nos indica el coste total del préstamo)». Recalca que «es ahí donde hay que tener mucho cuidado, puesto que los tipos de interés suelen ser muy elevados y superar con facilidad lo que nos dice la Ley de Represión de la Usura». Aclara que puede considerarse usurario un interés «notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso o en condiciones tales que resulte aquel leonino».

«Suele ser un recurso fácil para aquellos que pretendan dinero fácil y rápido, sin requisitos y sin casi burocracia, pero nos encontramos en el mercado con préstamos con intereses superiores al 25% TAE, y que en algunos casos alcanzan el 3.752 % TAE», dice. Cita, por ejemplo, a Twinero.

«La falta de transparencia en la contratación con los consumidores y el hecho de que los intereses son tan escandalosamente elevados son las líneas básicas para reponer situaciones de préstamos impagables. Podemos estar enredados en una suerte de préstamo infinito en el que, con las cuotas previstas, nunca amortizaremos el préstamo», resalta.