Los cuatro rascacielos de veinte alturas que se planificaron en el frente marítimo en su momento siguen ahora ocupados por los frigoríficos del pescado. La propuesta pasaba por edificar 112.392 metros cuadrados, generando un negocio de 96 millones de euros.
Más reveses. Empresarios de la zona entregaron al gobierno de Ventura Pérez Mariño un estudio de viabilidad para crear en la franja portuaria una gran superficie comercial y de ocio de 64.000 metros cuadrados. El proyecto quedó en tierra de nadie. Caballero presentó el proyecto de un World Trade Center cuando era presidente portuario.
El equipo redactor del Plan Xeral aprobado en el 2008 planteó la eliminación el tráfico rodado en el entorno: una avenida peatonal con un túnel que absorbiese los vehículos. Se trataba de una intención especialmente sensible teniendo en cuenta el volumen industrial de la zona y la influencia de las diferentes divisiones del puerto.
En los últimos veinte años, Cordelerías Mar ha supuesto la excepción. La constructora Inveravante, del grupo Jove, ha podido acometer una urbanización de 155 viviendas con zonas verdes y piscinas, ocupando una superficie de 7.000 metros cuadrados de la antigua factoría. Pero el resto de Jacinto Benavente sigue a la espera de la prometida transformación por parte de partidos políticos de todas las ideologías.
Al margen de las viviendas de Inveravante, el único movimiento que se adivina es el de la vieja nave de Frigoríficos Berbés , que endrá nuevo dueño en la empresa Centro Logístico Puerto de Vigo (CLPV). Ha sido la única que ha presentado una oferta al concurso de la Autoridad Portuaria. Con esta nueva adjudicación, el Puerto da salida a todas sus dependencias en la fachada marítima.
CLPV, cuyo principal representante es Comercial Pernas, dedicará la nave, que se encuentra completamente degradada y con su cubierta desplomada, a actividades frigoríficas. Se trata de una extensión de su ubicación actual, en el 22 de la calle Jacinto Benavente, una nave que reformó acoplando las antiguas pertenencias de Pescanova y Pescapuerta. Con esta operación, se lleva una nueva parcela de 3.300 metros cuadrados y 14.500 de superficie construida, duplicando su capacidad actual. Las obras deberían comenzar a partir del próximo año, según las estimaciones.
En el concurso, la participación se restringió en el uso de esta nave de Frigoríficos Berbés a empresas de la industria del congelado. En otros edificios al comienzo de la avenida de Beiramar ya se apostó en su momento por la creación de oficinas para el sector pesquero.
El grupo alemán Lidl iba a instalarse en Frigoríficos Berbés, lo que hubiese supuesto una revolución en la zona, pero lo descartó y aprovechó la oportunidad que dejaba, entre el final de Jacinto Benavente y la calle Coruña, la juguetería Toys ‘R' Us. También descartó hacerse con el viejo frigorífico incendiado Emenasa, que tiene dos naves al lado. El grupo que preside José García Costas se descolgó por motivos que no han trascendido. Su intención era ampliar dotaciones para actividades de reparación naval.