En Cangas hay otras dos habitaciones disponibles para quien pudiera necesitarlas, una de Iván Casás y su pareja.
Otra vecina de Tomiño también se ha inscrito en el que se conoce como el Airbnb de los refugiados. Como madre y como persona, dice que le remueve» todo lo que está sucediendo» y esto era lo mínimo que podía hacer.
Para quienes llegan hasta Vigo acompañados por mascotas, hay otras dos casas abiertas de par en par en la ciudad y otra en Arbo. En esta última añaden que se manejan en francés, inglés, polaco y ruso, y que ofrecen cuidados para recién nacidos y servicios de transporte.