La incombustible verbena de los Costas en Vigo

Laura Míguez Rúa
l. míguez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La sala de baile abre tres tardes a la semana y cuenta con público fiel, que ha aumentado tras el covid

16 feb 2022 . Actualizado a las 01:10 h.

Aquel niño travieso, hijo del profesor de música y trompetista que se hizo militar y viajó en Elcano, no dejaba de sentir las notas corriéndole por las venas. Así que dedicarse a otra cosa que no fuera cantar no formaba parte del guion; y retirarse de ello, tampoco. Y es que José Costas asegura que estar al frente de la sala de baile Salsa Costas es como una terapia para él. «Moriré con las botas puestas, eso de jubilarme e irme al sofá a ver la tele no lo veo», exclama risueño desde Mallorca, donde ha viajado con su mujer Cristina para ofrecer algunas de sus actuaciones.

Su pasión por la música va más allá de las sesiones que miércoles, sábados y domingos ofrece en la sala ubicada en la calle Tomás Alonso de Vigo, puesto que también hacen actuaciones en restaurantes y hoteles donde necesitan un poco de ritmo para que los mayores se suelten en la pista. «Estés como pinchadiscos o cantando, la clave es que veas que el 90 % de tu público está bailando», expone desde sus treinta años de experiencia al frente del ocio para mayores.

Sus orígenes se remontan a los años 80, cuando se encargaba de la Cultural que había en el barrio de O Calvario. Pero la oportunidad llamó a su puerta cuando el local actual quedó libre, después de ser sede de discotecas como Fausto y La Cama. Muy lejos de ese ambiente, José Costas empezó a llenar la sala de gente mayor en una verbena perpetua que se adaptaba a los gustos de los bailarines. Cumbias, pasodobles, vals... música con ritmo que se contagia también de las novedades y se adapta a los gustos del público, que se concentra en mayores de 60 y 70 años, aunque también hay asiduos que rondan los 40 y 50.

Los 90 fueron los de los llenos, los de abrir tardes y noches y tener la zona de baile, que ronda los 80 metros cuadrados, a reventar. «Aquellos fueron años dorados», rememora su hija, Mónica Costas, en los que la única competencia era el Nova Olimpia. Ella toma el pulso al negocio desde la barra y con el trato con los clientes, el otro pilar del negocio. «Aquí somos como una familia. Más que clientes son amigos, tenemos mucha confianza, la gente te cuenta las cosas y vienen desde hace años», explica con cariño, puesto que lleva en la sala desde que tenía casi 18 años.

Desde entonces muchas cosas han cambiado, pero otras permanecen igual. Cientos de jubilados han danzado al ritmo de Salsa Costas, se han unido y roto parejas en su pista y hasta Luis Tosar y Javier Bardem pasaron por allí, cuando se convirtió en un karaoke durante el rodaje de Los lunes al sol. Pero la esencia sigue siendo la misma: divertirse al ritmo de la música «y recibir cariño, hay que saber acercarse a la gente y adaptarse a sus gustos», explica el fundador.

Su mujer intenta refrescar siempre el repertorio con nuevas incorporaciones como la bachata, que luego adaptan al ritmo de merengue o salsa según el gusto del público. «Ella no se dedicaba a esto, pero fue aprendiendo poco a poco y ahora lo hace fenomenal y formamos un dúo con mucho éxito», explica José Costas.

De confirmarlo se encargan los cientos de mayores que viajan desde todos los rincones de Vigo o vienen desde Pontevedra, Cangas, Moaña, O Porriño o Nigrán. Allí disfrutan de una oferta que, en los últimos años, tras el covid, se ha reducido notablemente en la ciudad. Salas como Brindis o Palmera Playa, antes enfocadas también para el mismo público, han dejado de ofrecer esta alternativa tras la pandemia por cierre o cambio de rumbo y otras fueron desapareciendo durante los últimos años.

«Nosotros tenemos ahora más gente que antes del covid. También es que somos muy económicos: cobramos 5 euros de entrada los domingos y el resto de los días es gratis, solo la consumición. Y siempre hay sorteos de comidas, regalos o pastelitos por la tarde para animar la fiesta».

¿Habrá tercera generación de Costas al frente de la sala? Ahí Mónica lo tiene claro: no hay relevo garantizado porque el camino de su hija, de momento, avanza alejado de la música y la sala que lleva el apellido de su abuelo. Pero mientras tanto, hay verbena para rato.

30 años

Tomás Alonso, 140

Aunque en los 90 abrían también en horario nocturno, ahora se centran en las tardes. Abren a partir de las 17.00 h.