En el Parlamento gallego, la misma formación explica que la retribución variable de los controladores de las «torres low cost» estaba establecida en función de objetivos colectivos y personales, pero la nueva concesionaria, Saerco, los ha fijado en función de la EBITDA, el indicador financiero que muestra la capacidad operativa para generar ganancias de una empresa, con referencia de partida del 2019, año de gran movimiento de tráfico aéreo. Cualquier comparación con dicho ejercicio en la perspectiva de la crisis del covid marcará índices inferiores, con lo que los controladores dejarán de percibir una cantidad notable en sus nóminas, que además registran diferencias de hasta el 65 % en función de la antigüedad en el puesto. El BNG recoge la impresión de USCA de que los despidos se están llevando a cabo en las torres para abaratar los costes laborales con la entrada de nuevos controladores recién formados sin pluses ni otros criterios salariales.
Según ha averiguado La Voz, el sueldo de los hasta ahora nueve controladores de Vigo sumó el año pasado 405.114,31 euros, estando previsto para el 2022 un aumento global del 1,9 %. El controlador con más antigüedad de Peinador gana 63.000 euros al año y la que menos, con una permanencia en la empresa de menos de tres años, no alcanza los 38.000 brutos, salarios muy por debajo de los que percibía el sector antes de privatizarse parte de las torres de control. Cada controlador gasta entre 50.000 y 60.000 euros en su formación inicial.