Cierra la empresa gallega que llevaba 40 años ofreciendo viajes en globo

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

alfonso lubián

El piloto vigués Alfonso Lubián tiene que dejar los vuelos comerciales al obligarle la normativa por edad

09 feb 2022 . Actualizado a las 00:44 h.

Gracias a él muchos vigueses y ciudadanos intrépidos del resto de España tuvieron ocasión de divisar parte de Galicia a vista de pájaro. Alfonso Lubián fue el primer piloto de la comunidad que dirigió un globo. Ahora, tiene una edad (70 años) que no le permite seguir ofreciendo viajes comerciales y su hijo Diego se dedica a la docencia, de ahí que haya decidido cerrar la empresa viguesa. «Llevo 40 años con el tema. En este tiempo he trasladado a gente de muchos lugares, aunque menos extranjera; de Vigo también venían; muchas veces era como regalo de cumpleaños, bodas y otros eventos», comenta.

Fotógrafo de profesión, sus inicios en los altos vuelos comenzaron en avioneta, a la que se subía para captar las mejores imágenes aéreas. «Un día decidí cambiar al globo y me quedé atrapado, aprendí a manejarlo y obtuve la titulación privada en Madrid, después la comercial. Ahora está muy difícil, exigen mucho, es casi como una carrera de piloto comercial», indica. Sus vuelos en globo salían de Mondariz y Tui. Vigo no ofrecía las condiciones propicias y la normativa era más complicada, había que pedir permiso al aeropuerto. Lo que sí hacía en la ciudad era publicidad.

Su oferta era de ocho plazas y aunque en teoría el paseo duraba una hora, en la práctica oscilaba en función de los vientos, con los que se juega. Si había mala zona se podía prolongar hasta dos horas. El último precio fijado era de 190 euros.

Que el fin de la empresa ha llegado lo demuestran los últimos movimientos. «Este verano vendimos cuatro globos y tres hace dos años. El que nos queda lo dejaremos para algún festival a nivel particular, me suelen invitar. Estuve a punto de ir a Jordania y ahora hay otro en Arabia Saudí. He volado por África, Europa, Estados Unidos, Japón, Egipto, a México, por ejemplo, voy todos los años», añade.

De su experiencia en Galicia detecta que el clima es bastante benigno, sin vientos duros a excepción de la zona de A Coruña. «Para aterrizar hay que ir con lentitud, no se puede exceder de cinco o seis nudos, si no, te puedes llevar la viña o el tendido eléctrico».

Del hecho acaecido hace 35 años en Vigo, con la llegada de los Reyes Magos en su globo, de la que se llegó a decir que estuvieron a punto de ahogarse, aclara que se exageró tanto que se han contado cosas que nada tienen que ver con la realidad. «Se dijo que cruzamos la ría y no cruzamos nada, y lo de que los Reyes casi se mueren ahogados delante de los niños, es ciencia ficción. Fue de lo más sencillo, salir del espigón del puerto al Náutico. Ni ría ni a punto de morir, acabaron de pie en el barco», explica.

Para los que quieran matar el gusanillo en globo a partir de ahora, su hijo Diego sugiere ir a la Ribeira Sacra, donde opera en verano una empresa de Madrid. «Da rabia porque es un éxito, hay mercado pese a no ser una actividad barata», añade Diego.