Algunos de esos barcos o empresas incluso figuran como sospechosas o investigadas de transportar cocaína. Está por probarse si P.S.V. utilizó su número de identificación profesional para acceder a la base de datos de Aduanas, porque su condición de marinero de Aduanas no implica autorización para manejar información de investigaciones reservadas.
Lo único seguro es que la causa judicializada del MV Karar sigue su curso alcanzando un volumen considerable. La pieza principal llega a 25 tomos, además de numerosas piezas separadas, alguna de otros 10 tomos. A mayores, 29 procesados, de los que 16 permanecen en prisión. La mayoría integraban la tripulación, porque el grueso de los detenidos en tierra, los mismos a los que se consideró «la organización de narcotransportistas más importante de Galicia», salieron a la calle a las pocas semanas de ser arrestados.
La Audiencia Provincial de Pontevedra consideró que el juzgado instructor no argumentó lo necesario para mantenerlos entre rejas. Ya la guinda de la operación Pantín-Donky llegó siete meses después en forma de comunicado de la agencia antidroga de los EE.UU., la DEA. Aseguró que a bordo del remolcador MV Karar viajaban 154 fardos, y no los 152 que se contabilizaron en el puerto de Vigo tras el abordaje. La investigación inspeccionó el barco, pero no se localizó ninguno de los dos fardos que supuestamente faltan, y pesarían unos 60 kilos de cocaína, con una valor de mercado de 1,9 millones de euros.
JAVIER ROMERO
La biografía policial de Juan Carlos Santórum (Vilanova de Arousa, 1980) le otorga la condición de hombre de mar y talentoso piloto de planeadoras. Desde hace años y pese a no haber sido condenado nunca por narcotráfico. Su presunta relación, ya en el 2020, con los 3.824 kilos de coca que venían a Galicia a bordo del Karar implica un punto y aparte en su semblanza, desconocida hasta ahora. En gran parte gracias a una pieza judicial separada -en la causa del Karar- protagonizada por el funcionario de Vigilancia Aduanera en Vilagarcía, P.S.V., y el colombiano René Robledo. Ambos, en Madrid, cayeron con 6,5 kilos de coca y 368.000 euros en metálico. Los numerosos teléfonos móviles convencionales, satelitales o encriptados requisados a ambos suponen un libro de abierto para relacionar al aduanero, según parece alto colaborador de Santórum, y al colombiano, señalado por ejercer de enlace en Madrid de los proveedores de, al menos, la coca del Karar.
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