«La cara de Sofía era de alegría nada más activar el procesador de sonido»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

VIGO CIUDAD

La pontevedresa Sofía, con su padre Víctor, su perra Laika y su hermana Elena
La pontevedresa Sofía, con su padre Víctor, su perra Laika y su hermana Elena RAMON LEIRO

Así evoluciona la niña de 7 años con un implante bilateral que le permite oír

23 ene 2022 . Actualizado a las 19:50 h.

Han pasado pocas jornadas, pero el cambio, a mejor, ya se aprecia. Lo dice su padre, Víctor Dopico, al recordar lo que ocurrió el pasado 10 de enero. Ese día a su hija Sofía, de 7 años, le activaron en un centro auditivo de Vigo el software de los procesadores de sonido del implante bilateral que lleva la niña tras una operación pionera que tuvo lugar en el Hospital Provincial de Pontevedra el 16 de noviembre. «Fue genial, la verdad. Al momento escuchaba distinto y la cara de Sofía era de alegría».

Víctor explica que después de la intervención quirúrgica restaba por activar esos procesadores de sonido en la parte externa. Algo que se retrasó hasta el 10 de enero porque esta familia de Monte Porreiro estuvo confinada debido al covid. La operación que realizaron las especialistas de la unidad de otorrinolaringología Nieves Rodríguez y Tamara González había sido un éxito. Tocaba esperar a que cicatrizara la cirugía antes de activar los procesadores. Sofía, que estudia 2.º de primaria en el CEIP A Xunqueira número 2 de Pontevedra, nació con una malformación congénita en el canal auditivo. Es lo que se llama microtia, en latín pequeña oreja. Es una deformación congénita de la pinna (oído externo) y en su caso es bilateral, esto es, afecta a los dos lados. Ocurre en uno de cada 8.000-10.000 nacimientos.

Víctor cuenta que antes de la operación, Sofía, que también padece un trastorno del espectro autista (TEA), llevaba unos audífonos externos. Pero aquello era diferente al implante bilateral osteointegrado piezoeléctrico que tiene ahora: «Los audífonos le amplificaban el sonido, pero ella tiene la parte interna de los oídos bien, y ahora la calidad auditiva es mucho mejor».

Víctor comenta que Sofía no habla mucho porque tiene TEA y es complicado saber cómo oye. Pero por indicios, la pequeña escucha desde lejos, algo que antes no ocurría. «Antes había que hablarle más cerca, ahora oye de forma similar a una persona normal, sin problemas de audición. Yo le pregunto si le gustan los nuevos aparatos y si escucha bien y me dice que sí».

Otro indicio que relata Víctor es que la niña, nada más levantase, ya los reclama. A Sofía le hacía el seguimiento un otorrino, ya jubilado, del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Le habían dicho a la familia que había la posibilidad de hacerle un implante osteointegrado y que era viable a partir de los 6 años. Finalmente, el que le pusieron tras la operación del Provincial lleva un sistema más moderno que no requiere ninguna abertura ni tornillo. «Ya nos habían dicho que la iban a operar en el 2021 porque era necesario para Sofía». Por eso la familia no lo dudó. Fue la primera operación de estas características que se hizo en Galicia y también en España en el caso de una menor y bilateral.

La pequeña, que en febrero cumplirá 8 años, es una niña alegre que siente fascinación por los trenes. Su familia no sabe de dónde le viene esa fijación, pero le encantan todos los elementos del ferrocarril ya desde bebé. Cada vez que van a Vigo en tren para Sofía es una fiesta. Además, le gusta leer, la naturaleza y los dibujos.

¿Ha ganado calidad de vida?, se le pregunta a su progenitor. No lo duda. «Es muy pronto, pero ya se ve. En cuanto a audición ha mejorado muchísimo con respecto a lo de antes, algo que es importante para la parte de comprensión. Con el tema del autismo creemos que le va a ayudar a que rompa a hablar. Antes no hablaba, ahora habla muy poquito, pero la logopeda nos dice que con el tiempo, con el implante bilateral y cuando madure como niña y como persona lo va conseguir», afirma emocionado Víctor.

El 19 de enero Sofía tuvo consulta con la doctora Nieves Rodríguez. Su padre quiere agradecer el respaldo que encontró en el sistema sanitario público. «Siempre me sentí apoyado por la Seguridad Social con ella, me lo han dejado todo claro. Y quiero agradecer a Nieves y a todo su equipo ya no solo el trabajo que han hecho, sino su calidad humana, que es de diez».

Una operación muy beneficiosa para su calidad de vida 

La familia de Sofía no tuvo inconveniente en dar a conocer públicamente su caso y la evolución de la niña. Su padre, Víctor Dopico, lo hace por si su experiencia puede servir a otras personas que tengan un bebé con la malformación congénita con la que nació la niña: «Que sepan que existen mejoras que resolverán sus problemas auditivos. Eso les dará tranquilidad».

La operación que se llevó a cabo en el Hospital Provincial de Pontevedra el pasado 16 de noviembre consistió en una cirugía de implante osteointegrado activo piezoeléctrico bilateral Cochlear Osia. Este sistema consta de dos partes, el procesador de sonido y el implante, que gracias a un transductor piezoeléctrico conduce el sonido hacia el oído interno de una forma natural a través del hueso. En su día, la doctora Nieves Rodríguez confirmó que fue la primera operación de este tipo en Galicia y el primer implante bilateral que se acometía en España en una niña. La cirugía tuvo una duración de dos horas, una por cada implante al ser bilateral, y concluyó sin incidencias.

La médica ya avanzaba las ventajas que iba a suponer para Sofía. «Es una niña con un trastorno del espectro autista, con una alteración en el desarrollo del lenguaje y con una hipoacusia debido a una malformación auditiva, es decir, no tiene orejas, tiene unas orejas pequeñitas. La pequeña va a poder oír normal, con los beneficios que va a tener en su crecimiento y su calidad de vida». El implante bilateral lleva como unos imanes dentro de la cabeza, con una parte metálica del tamaño de una moneda de 50 céntimos, explica su padre. Es el procesador de sonido y lo que visualmente y externamente se ve en la cabeza de Sofía. Debajo de la piel va el implante integrado en el hueso.