La Fundación Matrix, surgida de la Universidad, propone que la ciudad lidere la reducción de la huella de carbono a nivel municipal
22 ene 2022 . Actualizado a las 21:23 h.Nadie lo diría con las temperaturas actuales, pero los datos demuestran que Vigo se ha calentado 0,7 grados en tres décadas y que las olas de calor han aumentado un 7 % en ese mismo período. Otra muestra del calentamiento de la ciudad es que los días en los que se han superado los 25 grados se duplicaron en septiembre, según constata la Fundación Matrix, organización sin ánimo de lucro surgida hace 15 años de la Universidad de Vigo, donde tiene su sede.
Para esta entidad, los datos son más que suficientes para tomarse en serio la importancia de la emisión de gases de efecto invernadero. Su proyecto Impactsig, en colaboración con la Universidad y cofinanciado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, analiza la evolución de esas emisiones en distintos municipios de España con datos apoyados en la Agencia Europea del Medio Ambiente. En ellos se incluye Vigo y su área metropolitana.
Según ese ránking, la ciudad emite 187.800 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Eso, teniendo en cuenta el sector del transporte por carretera y los ámbitos residencial, comercial e institucional, ya que no mide las emisiones industriales al considerar que están más controladas.
A mucha distancia de Vigo se encuentra Ponteareas, con 82.200 toneladas, Tui (57.600), O Porriño (56.000) y Mos (51.000). En el polo opuesto se sitúan municipios costeros como A Guarda (7.200), Oia (10.200), Cangas (12.200) y Baiona (15.600).
Pese a ser firmante del pacto de las alcaldías para descarbonizar, Vigo aún no tiene un plan para reducir la huella de carbono, ni tampoco un inventario anual de las emisiones, igual que sucede en otros muchos municipios. Según la Fundación Matrix, desde la acción local se puede hacer mucho para mejorar la calidad de la atmósfera y Vigo debería liderar la reducción de la huella municipal al tratarse de la ciudad más poblada de Galicia, por lo que sería conveniente que desarrollara una acción ejemplar. Concellos más pequeños del área, como Gondomar y Tui, ya se pusieron manos a la obra en este aspecto, aunque, la organización admite que resulta complicado que los municipios pequeños se pongan las pilas si no lo hacen los de más volumen.
Apuesta por la creación de espacios en los que se pueda respirar con los niños y, en este sentido, cree que los parques de Vigo deberían ser las primeras zonas de bajas emisiones. Una situación que dista mucho de la realidad teniendo en cuenta que tanto en Castrelos como en O Castro está permitida la circulación de vehículos, una de las principales fuentes de emisiones.
Para la Fundación Matrix, ningún municipio debe quedar al margen y está dispuesta a echar una mano para hacerlo más fácil y concienciar de que no se trata de un esfuerzo de otros, sino de todos y cada uno. Lo ideal, dice, sería que hubiera una competencia entre concellos para ver quién lidera la reducción. De hecho, la idea de Matrix es desarrollar acciones positivas para la sociedad en temas tan diferentes como la longevidad, con el denominador común de contribuir a mejorar la calidad de vida. En la actualidad desarrolla un proyecto de cooperación estratégico con Cabo Verde, de la Xunta, en el que aporta investigación y una parte del presupuesto.
«El Plan Xeral es una excelente oportunidad para poder mitigar el cambio climático»
En opinión del director de la Fundación Matrix y profesor de Ecología de la Universidad de Vigo, Javier Montalvo, «el Plan Xeral es una excelente oportunidad para mitigar el cambio climático y debería incluir acciones en ese sentido». El impulso de una tipología de vivienda, la creación de zonas verdes y, en general, un planeamiento que contribuya a reducir la emisión de gases son algunas de las propuestas que destaca. «Si en Navidad se cierran calles en algunas zonas y no pasa nada, ¿por qué no calmar el tráfico el resto del año?», se pregunta.
La reducción de los desplazamientos en vehículos privados es fundamental, a su juicio, y para ello considera esencial favorecer un buen servicio público de transporte, que aumente las frecuencias y la calidad, aunque esto suponga más coste para el Concello.
A lo anterior suma la electrificación del parque móvil de la administración local, una acción que se podría completar con la mayor movilidad de las patrullas policiales a pie, en bicicleta o patinete, ahora que ya hay carril bici, de forma que estén más cerca de los ciudadanos y den ejemplo. A él como a muchos vigueses le llama la atención ver a los agentes en vehículos incluso en zonas peatonales, como Príncipe y el Casco Vello.
En el caso del campus, cree que sería conveniente conocer si el volumen de pasajeros permite inversiones que se puedan amortizar. «No quiero decir que se sea viable el tranvía, pero sí podría serlo algún transporte intermodal o también autobuses más pequeños eléctricos que salven la topografía. Estaría bien un compromiso firme entre la Universidad y el Concello para mejorar este aspecto», comenta
Campañas de divulgación en diferentes sectores y la limitación de velocidad en determinados tramos sin generar congestión son otras de las sugerencias.