Diez empresarios de Vigo, en la lista de extorsionados del Grapo

La Voz VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

José Antonio Ramón Teijelo
José Antonio Ramón Teijelo BALLESTEROS

Exigió el impuesto revolucionario a funerarias, congelados o naval

14 ene 2022 . Actualizado a las 23:45 h.

La sala de lo penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 10 años de prisión por un delito de amenazas terroristas impuesta por la Audiencia Nacional al exdirigente de los Grapo José Antonio Ramón Teijelo, Papi, por el envío de 126 cartas entre mayo y agosto de 1998 a empresarios de toda España, diez de ellos de Vigo, en las que exigía el pago de un impuesto revolucionario.

Las cartas llegaron a una funeraria de Vigo, una conservera y varias frigoríficas, y a varios empresarios. La organización terrorista identificó a cada destinatario con un código alfanumérico y le exigía que abonase entre 20 y 50 millones de pesetas (entre 120.000 y 300.000 euros) o, a veces, cuantías sin determinar. La misiva les intimidaba con frases como «supondría un grave error subestimarnos o tratar de burlar nuestra justa petición. En nuestros ficheros usted figura con el nombre en clave de X, por lo que en nuestras comunicaciones, y para evitar que sea extorsionado por la policía política, nos identificaremos haciendo referencia a la misma. Espere noticias».

El Supremo recalca que las amenazas eran creíbles porque la organización terrorista sumó 90 asesinatos en sus años de actividad.

En la lista de correo había diez cartas con destino a empresas de Vigo, sobre todo a conserveras, frigoríficas y el naval. El primer sobre fue entregado a una empresa de servicios funerarios de Vigo con gran arraigo en la ciudad.

Entre otras empresas viguesas extorsionadas estuvo uno de los holdings más importantes en el sector de pescado congelado en España, con más de 500 empleados. El Grapo también exigió el impuesto revolucionario a un concesionario local de venta de automóviles de la carretera de Madrid. Al presidente de una conservera asentada en Beiramar le exigieron la entrega de una cantidad de dinero a determinar. Otra carta la recibió el propietario de unos frigoríficos que exporta pescado.

La décima misiva fue entregada a un astillero de Vigo dedicado a la fabricación de embarcaciones exclusivas de recreo y profesionales.

Otros 21 empresarios gallegos también fueron amenazados. Estaban incluidos en la lista constructores de Pontevedra, Vilagarcía y A Coruña, una cervecería y un supermercado coruñeses, un empresario lácteo de Lugo, un pizarrero de O Barco y el dueño de una textil de Ourense.

El envío, según el Supremo, fue organizado por el berciano Papi (también apodado Pa e Infante), que era el jefe de Información de los Grapo y lideró una campaña de financiación.