28.000

Maite Rodríguez Vázquez
Maite Rodríguez EL ÁBACO

VIGO CIUDAD

Somos 28.000 ourensanos menos que hace una década. No todos han desaparecido, claro, pero ya no están en nuestra provincia.

08 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Pensábamos que la pandemia y los confinamientos agobiantes en las ciudades podrían ayudar a revertir la situación, pero la estadística no engaña, aunque a veces mienta. Somos 28.000 ourensanos menos que hace una década. No todos han desaparecido, claro, pero ya no están en nuestra provincia. Habrán huido, por voluntad propia u obligados por cuestiones laborales o de otra índole, a otras provincias, a otras comunidades, a otros países. El dominó sigue cayendo. Primero fueron las aldeas remotas, luego las mejor comunicadas, luego las villas y la ciudad, de momento resiste, pero veremos si consigue mantener durante mucho tiempo su puesto de tercera ciudad de Galicia o lo cede a Santiago, aunque no sea por méritos propios de la capital compostelana. El problema, claro está, no es solo ourensano. La mayoría de zonas de interior sufren. La vida se desplaza a las costas. Pero, como decía hace unos días el profesor universitario Patricio Sánchez, falta confianza en nuestras propias posibilidades. En consumir de lo nuestro antes de buscarlo en Amazon o en un bazar chino. En apostar por el territorio y venderlo, aunque se haga un poco el ridículo en el proceso de márketing. Cuando al alcalde de Vigo, Abel Caballero, no le importa bajarse al ruedo para vender sus luces puede parecer algo absurdo, pero ha conseguido llenar su ciudad de turistas invernales. Y no es que el turismo tenga que ser el principal recurso, pero pese a la pandemia y la escasez de ourensanos, no es menos cierto que las luces y decoración navideña de la ciudad y de otras villas no desmerecieron a las de Vigo. En este 2022 no hay que acomodarse.