El Concello autoriza un nuevo negocio para poner en valor la calle Ferrería

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Olalla Lojo se reinventa tras la pandemia abriendo un taller de cerámica

26 dic 2021 . Actualizado a las 21:33 h.

La revitalización de una de las zonas antiguamente más degradadas de Vigo es un proceso lento en los que durante los últimos años se han experimentado éxitos pero también muchos fracasos. Ha habido negocios que han abierto sus puertas y que han tenido que cerrarlas a los pocos años al no haber cuajado. Pese a los esfuerzos de las Administraciones por poner en valor los inmuebles, lo cierto es que el fenómeno de la prostitución, si bien ha descendido mucho, no se ha erradicado por completo. Continúa abierto un club de alterne y algunas pocas mujeres siguen ejerciendo la prostitución intentando captar clientes en la calle. Los vecinos de la zona continúan reclamando más seguridad.

No obstante, la avenida no pierde ese gran potencial comercial por su estratégica ubicación en pleno centro histórico. Una de las últimas emprendedoras que así lo han visto es la artista Olalla Lojo, que acaba de fijar aquí su taller de cerámica para seguir desarrollando su labor creativa e impartir cursos de iniciación a grupos reducidos. El Concello acaba de otorgarle la licencia. La decisión municipal constituye el último hito de cara a la puesta en valor de lo que hace no mucho tiempo fue una zona marginal de la ciudad. Olalla ha apostado por la zona y cree que, paso a paso, la avenida se librará de ese estigma social y volverá a ser esa calle como la de los antiguos ferreiros, algo que reconoce que le ilusiona mucho.

Fue la casualidad la que llevó hasta el local que ocupa en el número 37, buscando reinventarse a raíz de la pandemia. También se dedica a la fotografía, pero con la llegada del covid «el sector audiovisual se quedó un poco en el aire y la incertidumbre me animó a dar este salto y empezar en este local, que es una adquisición mía», afirma.

Le pareció una magnífica inversión, además por la cercanía a su vivienda y afirma que «se tiró a la piscina». «Estoy contenta de estar aquí. Animo a invertir en la Ferrería, porque es como vivir en un pueblo en medio de la ciudad. Además es cercano a su vivienda. «El paseo de casa al trabajo también me gusta», afirma.

Comenzó a instalarse la pasada primavera. La idea fue sobre todo organizar allí un taller donde poder trabajar. Antes los hacía en casa, pero el volumen de encargos era grande y decidió buscar otro espacio. La idea de crear una escuela surgió después. «Me ayuda económicamente al negocio y es una forma de trabajar con más gente porque al final en la cerámica lo haces bastante solo y es una forma de enriquecerse a nivel personal. Es un taller propio que complemento con cursos de iniciación».

Actualmente enfoca su trabajo a la creación artesanal de vajillas para el sector de la restauración y también para el hogar. Tiene su propia página web desde la que vende sus creaciones y también participa en ferias desde Artesanía de Galicia. También está en contacto con diversas tiendas y negocios de hostelería. Olalla confía en que en el futuro siga creciendo la vida en la Ferrería. «Prácticamente está todo vacío. Lo que hubo hace unos años no duró. A esta zona le falta actividad en los bajos comerciales».