El Instituto de Estudios Vigueses cumple su 30 aniversario

j. miguel gonzález fernández

VIGO CIUDAD

cedida

El centro de investigación necesita medios

12 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Corría el año 1991 y un grupo de ciudadanos con inquietudes culturales, impulsados por el excronista de la ciudad Lalo Vázquez Gil y el estudioso de Galicia Andrés Martínez-Morás, cristalizaban un proyecto largamente acariciado: que la ciudad contase con un organismo que atendiese a la investigación y difusión de la cultura olívica. Así nació el Instituto de Estudios Vigueses, centro que este año cumple ya su 30 aniversario. Mucho tiempo ha pasado desde que un grupo con ilusión y disciplina teníamos que reunirnos en precario en una cafetería viguesa con cierta regularidad.

Hoy, por fortuna, dispone de un local digno, aunque reducido para sus necesidades, situado en la calle Cánovas del Castillo, 2, inmediato a la plaza de O Berbés. La sede está abierta a todo el público, aunque por falta de personal (una de nuestras reivindicaciones) solo puede abrir los miércoles por la tarde. Las prevenciones por la pandemia lo han convertido en el lugar donde tienen lugar la presentación de sus muchas publicaciones. Esta institución, aunque centrada en el marco vigués, como no podía ser de otra manera, se abre a otras zonas de influencia de su área urbana (O Val Miñor, A Louriña...).

La principal labor del instituto es la publicación de libros, de muy distinto tamaño y temática, de modo y manera que hasta el momento lleva ya unos 140 editados; por citar alguno reciente, destaquemos la Breve Historia de la ciudad de Vigo, donde 10 especialistas y el dibujante Evaristo Pereira, buscaron con una obra colectiva se rompiera el vacío de 19 años, actualizando los conocimientos en un estilo divulgativo.

También saca cada año la revista Glaucopis. Boletín do Instituto de Estudios Vigueses, saliendo dentro de poco a la luz el número 21; en él tienen cabida múltiples artículos (cada vez más) sobre muy variados temas, y está abierta a topo tipo de trabajos de interés, muchos de ellos de autores que no pertenecen a la institución; es una publicación abierta y de ahí su principal valor. Solo en toda Galicia le gana en continuidad el Anuario Brigantino de Betanzos. Una labor que requiere paciencia y dedicación ininterrumpidos. Pero no solo edita publicaciones, también hay que contar con informes, denuncias, dictámenes técnicos y consultas externas. Es miembro de la Confederación Española de Estudios Locales, que depende del CSIC.

Forman actualmente el Instituto de Estudios Vigueses 29 miembros numerarios, y está en estudio ampliarlo con otros asociados. Desde su fundación ha tenido significativas bajas por defunción, lamentando la perdida de los ya citados y de otros como el que fue presidente y filólogo G. Sacau, el doctor en arte X. R. Iglesias Veiga, el periodista G. González Martín y otros.

Se le ha tachado injustamente de elitista, pero esta crítica no está fundamentada en sólidas razones; al contrario, es una institución muy abierta. Actualmente lo dirige, con muy buen tino y no pocos sacrificios, el arqueólogo e historiador Xoán Carlos Abad Gallego, flanqueado de un voluntarioso equipo directivo.

El plantel de miembros del Instituto es muy plural. Se dan cita, arqueólogos, historiadores, economistas, biólogos, periodistas. Cuenta con una biblioteca-hemeroteca de casi 10.000 volúmenes, referidos sobre todo a temas vigueses y de Galicia, tanto recientes como antiguos, a disposición de quien quiera consultar sus libros y documentos. Hay colecciones de revistas señeras.

El Instituto guarda el legado de material del citado bibliófilo Andrés Martínez-Morás y la completa (con planos) del arquitecto Jaime Garrido, gran defensor del patrimonio vigués. También dispone de otras colecciones de menor volumen, en la que no faltan fotografías de época. También abierto a la consulta de estudiosos y curiosos. La falta de espacio nos apremia. Está asociado a un Forum, ahora en paro técnico, que organiza ciclos de conferencias.

Historiador y miembro fundador del Instituto de Estudios Vigueses