Antonio Vázquez, el padre que fue una brazada más allá

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Comenzó en el Vigo Rías Baixas por sus hijas, pero fue directivo, presidente seis años y sigue como nadador

29 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Antonio Vázquez Valladares (Vigo, 1972) entró en el mundo del deporte como otros muchos padres. Acompañando a sus hijas, primero, y echando una mano en la junta directiva, después. Pero en su caso fue un paso más allá y terminó siendo presidente del Club Natación Vigo Rías Baixas y lanzándose a la piscina para competir tanto en la pileta como en aguas abiertas. Después de seis años en el cargo, dejó la presidencia de la entidad, en la que estuvo casi una década en labores directivas, pero sigue colaborando y nadando, y hace escasas fechas recibió el reconocimiento del deporte vigués en un acto de la Fundación VIDE.

«Comencé hace como 14 o 15 años cuando mis hijas firmaron como nadadoras del club y a la directiva llegue tras la separación del Rías del Galaico, cuando un grupo de padres nos hicimos cargo de esa nueva andadura. Comencé como vocal y al cabo de unos años hubo elecciones y accedimos a la presidencia», rememora Antonio de su trayectoria en el mundo del deporte.

La experiencia no fue fácil en sus inicios. Pese a que el Rías Baixas existía como club (acaba de cumplir 25 años), tuvieron que comenzar de cero. Lo primero fue reclutar niños para comenzar a dotar de músculo a la entidad con el objetivo de llegar a las competiciones autonómicas y nacionales cuando las circunstancias lo permitieron. Arrancaron con 40 licencias, menos de la tercera parte de las 152 que manejan en la actualidad. Cuentan también con tres entrenadores.

La gran diferencia entre ser directivo y presidente del club para Antonio Vázquez se vio reflejada «en las responsabilidades» y en la obligatoriedad de convertirse en la persona de referencia y en la imagen del club. «Eres la persona que representa a la entidad en todos los actos y al final el compromiso ya no es el mismo. Un vocal tiene unos cometidos que asumir pero el presidente es el que supervisa todos los cometidos. Esto no es el Madrid, no es un equipo enorme, y aquí el presidente tiene que hacer de todo».

En la recopilación de los nueve años en el club, recuerda que tuvo que superar los momentos más duros que se podía imaginar: «Me tocó la escisión, me tocó la pandemia, que ha sido muy dura para todos, pero aguantamos (elaboraron un protocolo propio que a día de hoy mantienen vigente) y a raíz del covid sí que hemos mejorado, hemos conseguido tener una base muy buena de promesas alevines y benjamines, algo esencial porque los clubes siempre deben ser piramidales». En otros tiempos era al revés.

Durante esta travesía, tuvo que quitarle horas a la conciliación familiar para poder atender la entidad. «A mis hijas y mi mujer les he robado muchísimas horas», reconoce con cierto pesar. A cambio, el Vigo Rías Baixas le ha posibilitado «conocer a mucha gente y hacer grandes amistades, pero sobre todo, me ha permitido ver las ganas que tiene los niños y las niñas de hacer deporte y que necesitan que los padres fomenten el deporte en la ciudad y que los políticos ayuden al deporte minoritario. Ver que un niño comenzó con cuatro años y ahora está en la Universidad y se acuerda del club es súper gratificante».

Antonio también reconoce que el acto de VIDE «me llegó a lo más profundo. No me lo esperaba para nada. Llevamos muchos años haciendo cosas y la verdad es que me sentó muy bien. Es un reconocimiento que corresponde a la directiva y a todo el club».

Pero además de la gestión, Vázquez Valladares también se animó a lanzarse al agua. «No había nadado nunca, pero ahora soy nadador del club, también en aguas abiertas». La idea surgió en los despachos cuando el Vigo Rías Baixas decidió crear la sección máster, el eslabón que le quedaba a la entidad para tener todo el abanico de categorías. «Decidimos crear la sección y para animar un poco a la gente el secretario y yo nos echamos al agua sin saber apenas nadar y a base de entrenar y entrenar, comenzamos a competir». En su caso ya participó en diversos campeonatos gallegos y en travesías de calado: la que cruza de Fuerteventura a Lanzarote y Cíes-San Simón. «Locuras», dice, que le han obligado a mantener la dieta.

Además, ahora puede centrarse más esta faceta después del relevo institucional. «Ahora soy un socio más, disfruto centrándome en el deporte, pero la anterior directiva seguimos muy ligados a la actual y le echamos una mano. Cogió la presidencia el director deportivo, Enrique Pérez Cruces, que fue el primer entrenador que contratamos cuando nos separamos del Galaico. Es un chico que comenzó con nosotros y para mí ha sido un orgullo que lo haya cogido él». El mejor relevo.