El café donde se practican idiomas

VIGO CIUDAD

Alejandro Martínez

El De catro a catro acoge reuniones para hablar en inglés, francés o gallego

01 dic 2021 . Actualizado a las 01:07 h.

Practicar idiomas es más fácil y ameno si se hace en torno a una cerveza o una taza de café y entre amigos. La cafetería De catro a catro (calle Gerona, 16) lleva años siendo el establecimiento más políglota de la ciudad. Todos los miércoles, de 20.00 a 21.00 horas, decenas de personas se encuentran para formar grupos de conversación en gallego, inglés y francés.

La pandemia obligó a cortar esta actividad. Aun así, sus integrantes siguieron encontrándose en las redes sociales y lo siguen haciendo hoy en día. Tras rebajarse la alarma sanitaria, nuevamente han reanudado los encuentros presenciales para verse cara a cara, apartar la lengua española durante una hora y hablar de todos los temas.

Las conversaciones en gallego son las que más interés concitan. La intención de los participantes es mantener viva una lengua que lamentan que se habla poco en la ciudad. «Hai bastante xente que fala galego. O que acontece é que, debido á diglosia, non se atreve, sobre todo entre as persoas máis vellas», explica Irene, una de las voluntarias junto con Marta, José Luis y Miro. Una de las personas que asisten reconoce que de pequeña sus padres no le dejaban hablar en gallego. Ellos sí lo hacían, «pero os rapaces falaban en castelán e na escola, nada».

Ceferino Sánchez, otro participante, afirma que acude a estas sesiones para «non deixar en barbeito a lingua». Él es de orígenes castellanos, por lo que «teño doble mérito», bromea. Benita nació en Cataluña pero su padre es gallego. «É unha herenza que teño que coidar», afirma esta trabajadora del puerto de Vigo de 46 años. La sección de gallego del programa de inmersión lingüística que se lleva a cabo cada miércoles desde las ocho de la tarde en la cafetería De catro a catro acaba de organizarse en la asociación Faladoiros Vigo.

Irene considera que la Xunta y los ayuntamientos deberían implicarse y animarse a crear grupos de conversación porque no es difícil hacerlo y se trata de una iniciativa abierta y plural donde impera la tolerancia. Resulta además muy efectiva. «É una oportunidade excelente para crear un espazo de convivencia para compartir ese interese e amor que temos pola lingua», afirma. Además, existe mucha demanda «e pasámolo moi ben». «Pásanos a hora voando. Vimos porque nos gusta realmente. Animamos a todo o mundo á participar. A lingua faixe falando», afirma.

Los grupos son muy heterogéneos y están abiertos a todo el mundo. Hay gente que acude porque le viene bien para sacarse una titulación oficial. También hay inmigrantes que se acercan al gallego gracias a esta actividad.

Alejandro Martínez

Francés

Los amantes de la lengua francesa también tienen un punto de encuentro en esta cafetería desde hace varios años. La semana pasada volvieron a verse las caras tras la interrupción por el covid, si bien han seguido en contacto a través de un grupo de Whatsapp. El interés por este idioma tiene mucho que ver con el fenómeno de la emigración. Manuel, uno de los participantes, señala que vivió cuatro años de su infancia en Suiza por motivos laborales de su padre. Al regresar, siguió estudiando francés en la Alianza Francesa. De esta entidad fue miembro de la junta directiva otro de los participantes, José Álvarez Castro, de 77 años. Cuando era joven trabajó dos años y medio en el país galo. Al volver se hizo ingeniero técnico. «Los idiomas, si no se hablan, se olvidan», asegura. Lili es ama de casa y acude a las sesiones para practicar lo que aprende en la Escuela de Idiomas. Sus primos viven en Suiza y siempre le llamó la atención el francés. Vanesa Marcos estudió en la Alianza Francesa de Venezuela y se apuntó a esta actividad para no olvidar lo aprendido y conocer gente.