El monasterio de Melón tuvo una «oficina» en el Casco Vello

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

La casa representante de los monjes de la orden de San Bernardo estaba situada en las inmediaciones del cabo de A Laxe

21 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El monasterio de Santa María de Melón tuvo numerosas propiedades en Vigo desde el siglo XII hasta la desamortización de Mendizábal, en el año 1836. Los monjes de la orden de san Bernardo obtenían cuantiosos beneficios de esas propiedades, que alquilaban a habitantes de estas tierras. Claro que las formas de alquiler que empleaban eran un poco distintas a las actuales. Una de ellas se llamaba foro y tenía una duración muy larga, aunque un poco inconcreta.

El foro era un contrato agrario de larga duración que daba lugar a la copropiedad del bien cedido, porque quien pagaba tenía un dominio útil, mientras que quien la recibía tenía el dominio directo. Generalmente la renta se pagaba en especies y era fija.

Un documento custodiado por el Archivo Histórico Nacional muestra un foro firmado en 1640 entre el abad del monasterio de Melón y Luis Pereira y Castro y sus hermanos por una propiedad monacal situada en Santo Tomé de Freixeiro. El documento, que fue realizado en una casa situada cerca del cabo de A Laxe, se refiere a una viña situada en la granja de Condominas [Condomiñas], situada en la feligresía de Santo Tomé de Freixeiro, por lo que también estaba presente, como testigo, Domingo Álvarez, prior de la granja perteneciente al monasterio de Melón.

Señalan en el documento que Luis Pereira y sus hermanos querían aforar una viña «que se nombra de fuente Arcade» en la mencionada granja. Explican que era de 40 cavaduras (unos 17.480 metros cuadrados) y limita con las «coutadas» de Pedro de Fragosino y con una viña de Juan de Barros y un camino estrecho que se dirigía al Castro. La localización de este espacio estaba, según explica Iván Sestay en el volumen cuarto de Topónimos do Val de Fragoso, entre el final de la calle San Amaro y Barcelona.

Los anteriores inquilinos de la viña ahora aforada habían realizado dos casas «de sobrado altas y otra terrena y dos lagares y un palomar». Y se indicaba también que «don Luis Pereira, el qual y los dichos hermanos tenía y hera suyo propio un pardiñero que esta junto a la casa del cabo de la Laxe del dicho convento de Melón de la parte de arriba» (sic). Es decir, el documento está diciendo que los monjes tenían una casa en Vigo para atender sus asuntos y estaba situada en donde hoy está la calle de A Laxe.

Continúa explicando el documento que por las propiedades pagaban una cantidad de pulpo y 2 reales o una pescada. En cuanto al tiempo, hablan de que se prolongaría por espacio de cuatro reyes, comenzando por Felipe IV. La cantidad estipulada para pagar anualmente por la viña eran doce reales, que deberían entregarse cada día de san Martín, en el mes de noviembre.

Se dice en el contrato que el aforado tendría que pagar el diezmo al convento de Melón y que podría a su vez alquilarla a otra persona, pero siempre mejorando la viña. Se añadía que si no se pagaba lo asignado durante tres años seguidos se perdería el derecho del foro. Como curiosidad, el contrato incluye el pago de una gallina cada vez que muriese uno de los reyes que marcaban la duración del alquiler.

Aquella casa de A Laxe también sirvió de encuentro entre los representantes del monasterio y el abad de Santo Tomé de Freixeiro antes de entablar un litigio en 1801 por el cobro de los diezmos de la parroquia. Era un viejo impuesto favorable a la Iglesia, que gravaba con el 10 % las cosechas en los territorios. El vencedor del asunto fue el cura de Freixeiro, aunque tuvo que plantar cara al poderoso monasterio tanto en Tui como en Madrid, en el Tribunal de Contaduría.

Las partes litigantes tenían como máximos responsables a Vicente Francho Gutiérrez, abad del monasterio ourensano, y a Manuel de Rivas Paradela, cura de Santo Tomé y también de Santiago de Vigo. Los diezmos en disputa estaban asociados a «heredades» del mencionado monasterio, ubicadas en la parroquia de Freixeiro, donde desde varios siglos antes tenían importantes propiedades, en muchos casos aforadas a agricultores de la zona. Desde la casa de A Laxe, el monasterio controlaba sus intereses en la villa de Vigo y sus alrededores.