«He visto cláusulas de contratos de alquiler en las que prohíben niños»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La trabajadora social Ana Pardo se ha lanzado al complejo mercado inmobiliario para buscar un techo a familias vulnerables. Solo el último año, ha firmado 60 contratos en Vigo

21 nov 2021 . Actualizado a las 01:44 h.

Que un arrendador pueda entrar en cualquier momento en la vivienda que ha cedido a un inquilino no parece muy ortodoxo, pero a Ana Pardo (O Saviñao, 1983) hay pocas cosas que consigan ya sorprenderla. «He visto contratos con cláusulas abusivas brutales, como que el propietario pueda entrar en la propiedad cuando le dé la gana, o que se ponga entre las cláusulas que prohíben tener niños, o depósitos de hasta seis meses de alquiler». Pardo empezó su labor con la organización estatal Provivienda en el 2017, cuando abrió en Vigo la primera oficina del colectivo en Galicia. Desde entonces el mercado ha ido subiendo precios y reduciendo opciones, y no parece que la situación mejore a medio plazo.

«Cada vez hay menos vivienda para alquilar. Después de la pandemia, el mercado ha pegado un giro, se está potenciando más la venta». De ahí que los alquileres sigan subiendo y se alcancen precios de 700 euros y hasta mil euros al mes por un piso en Vigo. «Una pareja que afronte una separación, muchas veces se ve abocada a compartir piso si tienen niños porque, con un solo salario, no se puede sostener el alquiler. Un sueldo se destina a la vivienda y el otro a vivir. Lo ideal sería hacer una aportación de un 35 % de los ingresos a vivienda, pero ¿cuánto estamos destinando a día de hoy?», se pregunta esta trabajadora social. La labor del colectivo dirigido por esta viguesa nacida en Lugo ha conseguido que 60 familias vulnerables hayan logrado un techo el último año en Vigo, 110 en Galicia.

Dieciocho personas trabajan en la oficina de Provivienda en la ciudad olívica, de las 26 que operan en la comunidad, en otras ciudades como A Coruña, Ourense, Santiago o Ferrol. Su función principal es ejercer de intermediarios entre la oferta inmobiliaria y las familias que se ven excluidas del mercado de alquiler, una mediación que se ejerce tanto en la firma del contrato, como durante la vigencia del mismo. Esta oenegé actúa como avalista y asume un seguro multirriesgo de la vivienda para dar garantías al propietario y facilitar un techo a quienes, en otras circunstancias, no lo conseguirían.

Aunque los comienzos fueron difíciles, «me cerraron la puerta cuarenta mil veces», ahora ya han conseguido la confianza de decenas de propietarios que ponen su vivienda en este programa social a cambio de ingresos fijos garantizados. «A día de hoy tenemos una relación directa con muchas inmobiliarias que trabajan con nosotros y lo ven como algo positivo para sus clientes». La clave está en generar confianza. «Muchas veces nos llegan los propietarios y nos cuentan que han hecho esto o lo otro y al final se han visto con problemas. Las condiciones abusivas no evitan impagos, todo va a recaer en que la persona tenga medios para poder cumplir». En esa mediación se incluyen entrevistas personales para que el propietario conozca a los arrendatarios, «porque hay mucho miedo, muchos prejuicios», explica Pardo.

Los refugiados del Aquarius

Cuando Provivienda empezó a trabajar en Vigo, el grueso de la atención estaba vinculada a usuarios de servicios sociales, «ahora estamos atendiendo a personas que están trabajando pero que no llegan a una vivienda porque tienen trabajo a media jornada o porque están en economía sumergida y no pueden demostrar los ingresos», explica.

Ana Pardo, a través de Provivienda, atendió a los ocho refugiados que llegaron a Vigo tras entrar en España a bordo del Aquarius, en junio del 2018. Algunos de estos inmigrantes se han ido a entornos rurales y otros han conseguido trabajo en el sector del metal. «Han cumplido con itinerarios de inserción de diez», asegura. Sin embargo, no han conseguido que España les conceda el permiso de trabajo. «Están integrados pero les dejan sin posibilidad de seguir, tienen que tirar de economía sumergida».

Cuando existen dificultades, Provivienda contacta con Servicios Sociales para tratar de conseguir recursos antes de que se generen problemas. También desde las oficinas municipales y desde la Xunta les llegan casos complicados de resolver, a los que se les consigue un techo. «Cuando hacemos las visitas posteriores al contrato siempre vemos que la vivienda ha ganado, los inquilinos hacen un esfuerzo brutal mes a mes y tienen claro que lo primero es pagar el alquiler. Cuando consiguen un techo le dan mucho valor porque les ha costado mucho».

Pardo es fiel a su trayectoria personal que se inició en el Centro Integral de Inclusión y Emergencia Social, CIIES, del Ayuntamiento de Vigo. «Entonces ya me decían que el centro parecía una inmobiliaria porque yo trataba de buscar alternativas para personas que vivían en la calle. Si se da una vivienda, se puede trabajar mejor por las personas, dándoles un espacio de seguridad desde el que poder construir». Por eso defiende que se aplique ya una ley que facilite el acceso a un techo a los más vulnerables: «Todos los grupos políticos están preocupados, me consta que es así. Pero es tan grande la dimensión de este problema, que solo con voluntad política no es suficiente».

 Su canción favorita

«Maravilloso», de Sidonie. «A veces es duro, hay una carga emocional que te llevas a casa. Cada uno busca sus herramientas pero no siempre es fácil. A mí la música, canciones como esta, ponerla a todo volumen en el coche de camino a casa es una herramienta muy sencilla que me funciona».