El retorno del mítico Ovo de Vigo

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El bar superviviente del Casco Vello cuando se salía a vinos, vuelve a abrir tras un año y ocho meses sin huevos cocidos y chupitos por la pandemia

30 nov 2021 . Actualizado a las 00:55 h.

La revitalización y éxito incontestable del Casco Vello de Vigo como milla, o más bien cogollo, de oro de la hostelería local cambió casi por completo el paisaje de sus bares. Poco queda ya de lo que se conocía como vinos, así, sin apellidos.

Pero aún hay ejemplos que sobreviven de aquel río de bares de la calle Real y Teófilo Llorente. O Ovo es un ejemplo de ello. No se sabe muy bien cómo, pero seguro que mantenerse con personalidad a la avalancha uniforme de locales, tiene algo que ver. O Ovo es arqueología local. Nacido antes de la movida de los 80, sigue triunfando con su producto estrella: huevos cocidos y chupitos de mistela.

La pandemia casi acaba con esta mítica taberna. Echó el cierre el 13 de marzo del 2020 y sus fans, que son muchos, pensaban que nunca más volverían a ejecutar la ceremonia que se celebra en sus mesas una y otra vez: descascarillar el huevo, echarle sal y pimentón y degustarlo, para a continuación, ayudarle a que baje por la garganta con un trago. Este jueves, O Ovo volvió a abrir sus puertas y la variopinta clientela que tiene se hizo eco de la noticia en las redes sociales.

Atendiendo el establecimiento sigue Manuel Pérez, que aunque tiene nombre de exalcalde de Vigo, es el regidor de la barra de la calle Real, 35. Como él mismo recuerda, fue su hermano mayor, José, que se acaba de prejubilar, el que lo cogió a mediados de los años 80, «pero cuando se hizo cargo ya existía y ya se llamaba así. Era de un señor que lo había montado en los 70», afirma el profesional, natural de A Cañiza, aunque lleva en Vigo más de media vida, casi tantos como los que ejerce como camarero en O Ovo. El bar tiene más variedad de productos para comer y beber, pero «lo típico es el huevo cocido que se toma acompañado del chupito de vino dulce, es una tradición», afirma, aunque añade que el licor café del que disponen es también muy apreciado entre los parroquianos. El local abre en horario de mañana, de 11.00 a 15.00 horas, y a partir de las 17.00 horas por la tarde.

Una sangría de locales con carácter desde antes de la irrupción de la movida

Los establecimientos clásicos del Casco Vello ha ido desapareciendo del callejero en las dos últimas décadas como los bares Sanxenxo, Gepetto, El Tumba, la hamburguesería Johnny, Amordiscos, Anghara, Bohemia o El Pañuelo. Otros, como A Mina, Chavolas o Faibistés se mantienen abiertos, aunque con nueva dirección y distinta filosofía. Y hay algunos que todavía se mantienen. Es el caso de la cervecería El Pasillo, La Parra, El Porrón, O Porco o Tipo X. Pero de todos, O Ovo es sin duda es el que tiene más salero. El que se necesita para darle una pizca de sabor a la yema de huevo, alimento que, por cierto, no es el único que tienen en la carta. Manuel Pérez recuerda que hacen cada día cuatro o cinco tapas diferentes y tienen un público muy variado, desde jóvenes a familias.

No muy lejos del barrio antiguo, en Doctor Cadaval, cesa su actividad el club Toni’s Guitars, que se mantiene prácticamente tal cual estaba en su inauguración en 1962. «Ya no nos dirán: ¡Perrecho! ¡Perrecha!», lamenta en Facebook Carlos, alma mater del antro cuyo lema era el de otros muchos: «Lo que pasa en el Toni’s se queda en el Tonis’s».