Vigo se electrificó a partir de 1896

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Las primeras lámparas se instalaron de prueba en la Porta do Sol, en A Constitución y en la sede de la compañía suministradora

07 nov 2021 . Actualizado a las 22:23 h.

Hace 125 años, el alcalde accidental Luis Ozores accionaba el mecanismo que estrenaba la luz eléctrica en Vigo. Era 22 de diciembre de 1896. Atrás quedaba la oscuridad nocturna, la brea, el aceite y el gas como materias primas combustibles para el alumbrado público. También quedaban atrás los viajes que realizaban muchos vigueses a Pontevedra para admirar el prodigio de la electricidad que, desde 1888, iluminaba sus noches.

Pero, el resplandor eléctrico había llegado antes a Vigo, aunque de forma individualizada. Ocurrió en 1880. El empresario y a la sazón alcalde Antonio López de Neira había adquirido en París una lámpara de calcio, comercializada como Luz Drummond. Era el inventó de un escocés llamado Thomas Drummond, y lograba su objetivo al dirigir un chorro de hidrógeno y oxígeno líquido sobre una esfera de cal viva incandescente. La luz así obtenida, muy viva, se utilizó para hacer señales en los barcos, pero también para el alumbrado público. En la procesión del Cristo de la Victoria de 1880, el empresario y político instaló el mencionado farol en el balcón de su casa y el impacto que ocasionó entre sus conciudadanos fue tan intenso que hubo que repetirlo en los años posteriores.

Más adelante, en 1884, la empresa francesa Sociedad para el Alumbrado y la Calefacción de A Coruña y Vigo fue elegida para asumir el servicio de la iluminación pública y privada con gas. Para ello emplearon 300 faroles, situados a 35 metros de distancia entre ellos, en las calles principales de Vigo. Se encendían media hora después de la puesta de sol y se apagaban media hora antes de la salida del sol, aunque algunos puntos de luz se apagaban a partir de la media noche, e incluso durante las noches de luna llena. El éxito del gas fue importante y, además del ayuntamiento, numerosos particulares suscribieron contratos con la compañía para que les proporcionara luz a sus viviendas.

Sin embargo, mientras Vigo acostumbraba su visión nocturna a la luz de gas, Nueva York ya llevaba dos años experimentando las virtudes de la luz eléctrica. Con el paso del tiempo y la instalación del alumbrado público eléctrico en Pontevedra, la compañía del gas de Vigo inició su transformación para adaptarse a los avances técnicos. Montó una fábrica con dos motores de 20 caballos que accionaban sendas dinamos de corriente continua de 250 voltios y 120 amperios. Se instalaron lámparas de prueba en la Porta do Sol, en la plaza de la Constitución y en el propio edificio de la compañía. El acto inaugural llegó el 22 de diciembre de 1896, siendo alcalde Astray Caneda. Mientras José María Álvarez Blázquez afirma en su libro La ciudad y los días que fue Astray Caneda el encargado de accionar el sistema de iluminación, la prensa del día siguiente dice que el encargado fue el alcalde accidental, Luis Ozores. Los tres focos instalados en la Porta do Sol y otro más que se ubicó en la plaza de la Constitución comenzaron a iluminar la noche viguesa desde aquel mismo día.

Tras el estreno del alumbrado eléctrico, las autoridades locales y los representantes de la compañía suministradora celebraron un pequeño acto en el propio edificio de la compañía. Entonces, Francisco Saunier era el representante en Vigo de la empresa, Álvaro del Diestro, era el director de la fábrica y el ingeniero encargado de instalar el nuevo sistema era Marius Cottravoz. Las infraestructuras municipales eran todavía muy escasas en la ciudad, algo que salía a relucir durante los brindis en la compañía eléctrica. El ingeniero vigués García Arenal brinda porque no pase mucho tiempo antes de que tenga la ciudad un sistema de alcantarillado y de traída de agua corriente. Pero hay que tener en cuenta que tan solo treinta años antes la zona vieja de Vigo todavía estaba rodeada por las antiguas murallas.

El 27 de diciembre de 1896 finalizó el período de pruebas y ya eran muchas las demandas de particulares para contar con el servicio que recibió la compañía. En los primeros tiempos, la empresa aprovechaba un salto de agua en el río Lérez cuya producción se distribuía por las calles Elduayen, Porta do do Sol y Policarpo Sanz. Más tarde, el aprovechamiento eléctrico de las aguas se trasladó al más cercano río Oitavén. Así, poco a poco, la electricidad se va extendiendo por toda la ciudad.