«La montaña de multisemillas y la baguete de tradición francesa se venden solas. De momento no va nada mal la cosa. Los clientes elogian la calidad y el sabor del pan auténtico y la variedad. El secreto de la masa está en el tiempo y la calidad de los componentes», dice.
Otra especialidad es el pan de malta, semilla «que le aporta sabor, la cuezo en el horno, y harina de algarrobo». En ese momento, hornea pan de centeno gigantón. «Tiene que cocerse bien», recalca. Por la tarde, vende bollería, pizzas y focaccias.