Apuntan a la fatiga de los pilotos y el exceso de peso como causas del accidente del vuelo Vigo-Ucrania

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

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Un informe desvela que la tripulación del Antonov incumplió las horas de descanso tras viajar de Francia a Vigo y que no reaccionó al perder altura. En el accidente murieron cinco personas

14 oct 2021 . Actualizado a las 22:13 h.

Los investigadores ucranianos de la autoridad NBAAI creen que la fatiga de la tripulación provocó el accidente el 4 de octubre del 2019 de un carguero Antonov que había despegado de Vigo para transportar piezas de automoción y al que solo le faltaban 1,3 kilómetros para alcanzar las pistas de Lviv, en Ucrania. En el siniestro aéreo murieron cinco personas.

También sospechan que el exceso de peso en 6,5 toneladas pudo contribuir al accidente. Los investigadores encontraron que la aeronave quemó demasiado combustible y ya no pudo desviarse a Kiev.

El avión chocó contra los árboles a 1.348 metros del umbral de la pista, tocó el suelo y se detuvo después de rodar 230 metros. Solo tres de los ocho ocupantes sobrevivieron al accidente y sufrieron heridas graves. La investigación dice que la «probable fatiga física excesiva» de la tripulación, que había volado desde Toulouse a Vigo sin cumplir las horas obligatorias de descanso y durante la aproximación en una densa niebla, fue la causa del «descenso inconsciente» de la aeronave por debajo de la senda de planeo.

Se trataba de un transporte de carga Antonov An-12BK, que había cargado combustible y piezas en el aeropuerto de Peinador en Vigo. Al sobrevolar Ucrania, la aeronave descendió por debajo de la senda de planeo en una densa niebla al acercarse a Lviv y chocó contras árboles sustancialmente por debajo del umbral de la pista 31.

El avión pertenecía a Ukraine Air Alliance y partió del aeropuerto de Vigo con un peso de despegue de 66,4 toneladas, aproximadamente 5,4 toneladas por encima de la cifra máxima permitida de 61 toneladas.

Los investigadores lamentan que falte documentación, incluidos los cálculos de peso y el libro de registro, por lo que no pudieron establecer «con precisión» el peso de despegue y el centro de gravedad del An-12, dice la autoridad de investigación NBAAI. Recalca que un análisis separado sugiere que la aeronave podría haber estado hasta 6,5 toneladas por encima de su límite máximo. Este excesivo peso de despegue hizo que el An-12 aumentara su consumo de combustible y no tuviera suficiente para desviarse al aeropuerto alternativo de Kiev Borispol.

Además, los investigadores creen que el avión (matrícula UR-CAH) solo tenía alrededor de 650 litros de combustible mientras realizaba la aproximación a Lviv. Pero como la señal de combustible de reserva final no es grabada por el registrador de vuelo, resulta «imposible» probar cuántos litros quedaban. Solo se encontró combustible en los tanques de las alas de la aeronave y otros quedaron destruidos en el accidente. 

Para la NBAAI, el carguero se estrelló 1,3 kilómetros antes de la pista después de descender por debajo de la senda de planeo. La autoridad aérea descubrió que, el día antes del siniestro, la tripulación «no cumplió» con las horas de trabajo y el tiempo de descanso entre vuelos, y que dichos incumplimientos no pudieron ser detectados por los procedimientos de supervisión del operador.

Según se recoge en la investigación, la tripulación había llegado a Toulouse procedente de Toronto el 3 de octubre y descansó antes de volar en un servicio de dos horas de  la localidad francesa a Vigo, pero no abandonó el aeropuerto gallego en las cuastro horas anteriores a la demorada salida nocturna a Lviv.

La investigación indica que, a medida que la aeronave se acercaba a Lviv, se estableció en el localizador de la pista 31. Se informó a la tripulación de las condiciones de baja visibilidad en el aeropuerto.

Mientras que a 11,3 kilómetros del umbral, la aeronave estaba a 70 metros por encima de la trayectoria de planeo y, para alinearse, el capitán aumentó la velocidad de descenso de la aeronave a unos 1.100 pies por minuto.

Pero cuando se autorizó el aterrizaje del An-12, a una distancia de 7,6 kilómetros, se había sumergido 11 metros por debajo de la senda de planeo. Esta desviación aumentó hasta que la aeronave, todavía a tres kilómetros de la pista, volaba a una altura de solo 105 metros y descendía.

Una alarma sonó cuando la aeronave alcanzó la altura de decisión de 60 metros, a lo que «ninguno de los miembros de la tripulación respondió», dice la investigación.