La deuda de Pedro Sánchez con Vigo apenas se ha reducido en dos años

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La ciudad sigue esperando del Gobierno central, que solo cumplió parcialmente con el peaje de Redondela, proyectos clave como el AVE por Cerdedo o el túnel a Mos

12 oct 2021 . Actualizado a las 23:46 h.

La deuda de Pedro Sánchez con Vigo sigue siendo prácticamente la misma que antes de su última investidura, en enero del año pasado. La mayor parte de los proyectos de desarrollo comprometidos para la ciudad, que suman unos 2.600 millones de euros, siguen sin ejecutarse y no tienen fecha para empezar a ser una realidad. Algunos no han pasado todavía la fase de estudios iniciales y la mayoría no cuentan con un presupuesto aprobado que garantice su completa ejecución.

La reforma de la muralla del Castro es la única obra terminada en la ciudad de Galicia que más aportó para la victoria del PSOE en las urnas durante la actual legislatura. La promesa de eliminar el peaje de Redondela se cumplió de una forma parcial y levantó las quejas de los usuarios. Bonificaciones del 100 % para los conductores que hacen el trayecto de idea y vuelta en el mismo día y con telepeaje no es lo mismo que suprimir totalmente el canon.

Vigo sigue así pendiente de que se cumplan promesas que los ciudadanos llevan años escuchando y con mayor rotundidad en cada una de las citas electorales. La mejora de las comunicaciones es una de las asignaturas pendientes de la ciudad. Poco se ha avanzado para conectar Vigo con Ourense en el tren de alta velocidad por la variante de Cerdedo. El estudio hidrogeológico que comenzó hace dos años determina que el trazado es viable, pero aún queda otro año de análisis antes de empezar a plantearse la obra. Durante los últimos meses tampoco ha habido avances para materializar la salida sur, que daría continuidad al eje atlántico hasta Portugal.

Los usuarios de la A-55 continúan utilizando un acceso peligroso para entrar o salir de la ciudad por medio de la autovía. No hay noticias del túnel subterráneo para evitar las curvas de Segade y Tameiga. El Gobierno de Rajoy cifró en 337 millones el coste de las obras, pero nunca la incluyó en sus presupuestos. Sí lo hizo Pedro Sánchez, con una proyección a tres años de 6,9 millones, pero sus cuentas no recibieron el aprobado de las Cortes y el presidente convocó elecciones.

La humanización de la avenida de Madrid, presupuestado en 13,4 millones, también es un proyecto que ha vuelto al cajón. El alcalde, Abel Caballero, reconoció recientemente que este anunciado proyecto se pospone por culpa de la humanización de la segunda fase de la Gran Vía. El motivo es que el Concello no quiere tener levantados ambos viales al mismo tiempo para no colapsar el tráfico.

Convertir la entrada de la autopista en un tramo urbano desde el cruce de Buenos Aires sigue pendiente de un estudio del comportamiento del tráfico para decidir cómo puede humanizarse este tramo de Vigo.

Tanto la Xunta como el Concello también demandan al Gobierno central una iluminación especial para el puente de Rande. El Ministerio de Transportes ha paralizado la iniciativa, que no cree que sea urgente en estos momentos. También acumula retraso el estudio sobre el suministro del agua a la ciudad. Xunta, Concello y Gobierno central firmaron un convenio en 2018 para evaluar las posibles alternativas para garantizar un abastecimiento de agua suficiente para la ciudad. El proyecto estuvo paralizado durante más de un año, lo que obligó a las administraciones a prorrogar la tramitación y ampliar hasta el 2002 la conclusión de ese análisis.

Tampoco hay avances respecto al traslado del Instituto de Investigaciones Marinas a la ETEA, a pesar de que los trámites iniciales para hacerlo realidad ya han aparecido reflejados en presupuestos anteriores.