«Mi marido está enfermo y tengo tres niños, a la calle no voy a ir»

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Vecinos de Vigo apoyan a una familia para aplazar su desahucio

16 sep 2021 . Actualizado a las 00:58 h.

«Pedimos una casa, no sé cómo vamos a hacer si nos echan a la calle. Ayúdennos». Es el ruego de una madre de Vigo con dos mellizas de 8 años y un menor de 15 cuyo marido está enfermo y que, gracias al apoyo vecinal, aplazaron ayer su desalojo de su casa alquilada. Los vecinos de Coruxo y de la presidenta de la Federación Veciñal de Vigo, María Pérez, se concentraron ante la vivienda para presionar ante la inminente ejecución del desahucio de la familia, que reside en el número 262 de la avenida de Ricardo Mella, en Vigo. Finalmente, el juez paralizó el desalojo hasta el 4 de octubre, lo que les da una tregua de dos semanas para que la Xunta les busque un realojamiento social.

Los vecinos apoyan a Adolfo G. y María Cristina C. porque es «gente trabajadora» que pagó siempre su alquiler de 300 euros al mes pero, finalmente, el casero no les renovó el contrato de arrendamiento. «No somos conflictivos, somos educados, ofrecimos que nos subiese el alquiler pero quieren que nos vayamos. Lo llevamos mal», dice María Cristina. Si se quedan en la calle, buscar otro alojamiento se ha puesto «muy difícil».

Esta madre explica que perciben 900 euros del ingreso mínimo vital al mes pero un alquiler les cuesta 650 euros y los caseros exigen «un seguro de impago y una nómina con un año de antigüedad y la ayuda vital «no les sirve». Con 900 euros, a duras penas podrán pagar el alojamiento y los suministros. Sopesan aceptar una vivienda social fuera de la ciudad si se la ofrecen.

«Somos de Vigo de toda la vida, los vecinos nos apoyan, mi pareja trabajó durante muchos para el ayuntamiento pero hace 14 años sufrió la enfermedad de Crohn. Está fastidiado y empeoró por lo de la vivienda. Sé que a la calle no me voy a ir, pedimos que nos den un piso», añade.

La familia vive en la parte superior de una casa antigua pero, según relatan, desde hace seis meses carecen de agua caliente tras unas obras de reforma de las tuberías de la planta inferior. «No tenemos agua caliente, para duchar a los niños tengo que calentar la loza», dice. Están decepcionados con la Xunta. «Les pedimos una casa y nos dijeron que nos busquemos la vida, que cada uno es responsable de su suerte y eso no es así. No sé cómo vamos a hacer, pedimos el bono social de aluguer y nos lo denegaron», dice.

La presidenta de la Federación Veciñal, María Pérez, apoya a la familia porque «cumplió con su alquiler desde hace 15 años pero no le han renovado el contrato pese a que pagaron un aval de 2.000 euros». Añade que el abogado presentó un escrito conforme se trataba de una familia vulnerable y el martes le comunicaron que el desahucio seguía adelante. También les apoyaron la Asociación Vecinal de Coruxo y Cáritas porque el padre es una «persona trabajadora» que pagaba su alquiler. Al final, se paró el desalojo.