Un juicio por un robo de tartas en Vigo, el vivo ejemplo de la primera lección de la carrera de Derecho

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Los profesores ilustran la distinción entre robo y hurto con la historia de un ladrón de repostería, caso similar al que se juzgará en una vista en Vigo este martes

12 jul 2021 . Actualizado a las 21:12 h.

Los abogados tienen grabada a fuego en su memoria una de sus primeras lecciones en la facultad de Derecho, cuando, al iniciar la carrera, el profesor de la asignatura de penal ilustra con el ejemplo de un ladrón de tartas para distinguir entre un delito de hurto y otro de robo. Si hay una tarta que el repostero dejó a enfriar en la ventana  abierta y el delincuente aprovecha el descuido para cogerla y sustraerla, es un hurto. Si la ventana está cerrada y el ladrón rompe el cristal para apoderarse del postre, es un robo con fuerza. Y si se pelea con el confitero para escapar con el botín, es robo con violencia. Un juez de lo penal de Vigo recordaba siempre que había que tener en cuenta otro elemento necesario para que sea un delito de robo o hurto: sustraer el objeto con afán sacar un beneficio económico. No vale con llevarse la tarta y tirarla por la calle, debe haber intención de revenderla y ganar dinero.

Pero la lección ya no es teoría, sino realidad. Un caso similar ha sido examinado este martes en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo. Una supuesta descuidera se enfrentaba a un año y medio de cárcel y multa de 720 euros porque la Fiscalía la acusó de robar con violencia cuatro tartas y lesionar levemente a la dueña al forcejear y derramar sobre ella un bote de lejía y abofetearla. Finalmente, se declaró culpable en una vista por conformidad y aceptó seis meses de cárcel y el pago de una multa.

La acusada era una ex empleada de una pastelería del partido judicial de Redondela que, el 13 de febrero del 2021, a la hora de comer, sustrajo sin emplear fuerza alguna dos tartas que había en una nevera del local. Tras esconderlas en su coche volvió a por otro par de tartas pero la pilló la dueña, la cual blandió un bote de lejía para disuadirla de llevarse más repostería. Supuestamente, la acusada se enfrentó a la encargada, le quitó el bote y derramó lejía sobre ella y la abofeteó. La sospechosa escapó con las otras dos tartas. El botín de los cuatro productos de repostería ascendió a 92 euros.

La Fiscalía, además de cárcel y multa, pide que la perjudicada indemnice con 30 euros a la encargada de la pastelería por las heridas sufridas y otros gastos, así como pagar 92 euros a la pastelería por las cuatro tartas robadas.