La salida sur ¿definitiva? para Vigo

Carlos Punzón
CARLOS PUNZÓN VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Para el 2009. Cascos y Carmona mostraban en el 2003 el mapa de la alta velocidad peninsular. El tren rápido entre Oporto y Vigo se había pintado para el 2009. Los presidentes Aznar y Barroso certificaban con su aplauso el calendario. Lanzaban así el tercer estudio sobre la salida sur tirando los dos anteriores, que habían costado dos millones de euros.
Para el 2009. Cascos y Carmona mostraban en el 2003 el mapa de la alta velocidad peninsular. El tren rápido entre Oporto y Vigo se había pintado para el 2009. Los presidentes Aznar y Barroso certificaban con su aplauso el calendario. Lanzaban así el tercer estudio sobre la salida sur tirando los dos anteriores, que habían costado dos millones de euros. Lavandeira jr

Al menos 4 millones de euros se han gastado ya desde el 2000 para sopesar la conexión ferroviaria

27 ago 2021 . Actualizado a las 21:34 h.

Dentro de cinco días será encargado un nuevo estudio para definir qué trazados se podrían construir para que la estación de Vigo tenga continuidad sin rodeos hacia Tui y Portugal. Es la denominada salida sur ferroviaria de Vigo, puesta encima de la mesa por primera vez como idea en 1994 por el ingeniero Carlos Álvarez Tranche, planificador de Renfe que soñó con un tren de cercanías con O Porriño. Desde entonces y con media docena de estudios elaborados sobre dicha salida y casi cuatro millones de euros consumidos en planos, folios y análisis, no se ha avanzado ni un metro en forma de vías sucediéndose, eso sí, los gobiernos que dejan la decisión definitiva para el siguiente. Es el mal de Vigo, pues lo mismo le ocurre con el acceso por el norte para conectar por Cerdedo con la línea del AVE a Madrid o con el ramal que el empresariado demanda con el puerto.

Cuando este viernes se falle el concurso, la empresa ganadora contará aún con un año para hacer los nuevos análisis, y después el Gobierno tendrá que decidir qué trazado sería el más conveniente, hacer un proyecto, exponerlo a la ciudadanía, recoger alegaciones y hacer estudios técnicos de todo tipo, en el que ya el hidrogeológico requerirá de tres años de trabajo.

Y aunque el proyecto ha comenzado a agitarse gracias al interés de Portugal por enlazar desde Vigo con Madrid en línea de alta velocidad en lugar de hacerlo desde Lisboa al centro de la Península, el nuevo estudio, dados los antecedentes, será uno más y está por ver que sea el definitivo. 

El primero en 1999

De hecho, hace ahora 22 años los gobiernos de Galicia y Portugal aprobaron el primer estudio del tren de alta velocidad entre Vigo y Oporto. Manuel Fraga y el ministro de Obras Públicas luso del momento, João Cravinho, acordaban dedicar un millón de euros a que la empresa Norcontrol armase con argumentos técnicos la continuidad ferroviaria entre los dos países a 160 kilómetros por hora, con un calendario de puesta en servicio que marcaba como horizonte el 2006.

Magdalena Álvarez, con un mapa sobre el AVE a Galicia en una sesión del Congreso.
Magdalena Álvarez, con un mapa sobre el AVE a Galicia en una sesión del Congreso. Fernando Alvarado

El 24 de marzo del 2000 se daba un paso más con un contrato de consultoría y asistencia encargado por el Ministerio de Fomento para la redacción de los «estudios técnicos relativos al acceso ferroviario sur de Vigo». La firma catalana GPO Ingeniería S.A. se embolsó la nada despreciable cantidad de 1.008.498,31 euros. Con el nuevo contrato la salida sur de Vigo ya había consumidos dos millones de euros antes de entrar en el siglo XXI. En abril del 2001 se llegó a hacer hasta la memoria de la declaración de impacto ambiental del proyecto. Pero el fajo de carpetas que llenó la consultora durante 18 meses no empujó al Gobierno de Aznar a traducir los dibujos a obras y hacer de Vigo un nudo de itinerarios ferroviarios en lugar de un fondo de saco como históricamente ha sido su estación, sin salida más que dando marcha atrás. 

Tercer análisis

En el 2003 las promesas se envolvieron en otro estudio, el contratado por 540.000 euros a la consultora Sener para verificar la viabilidad de un tren moderno entre Vigo y Oporto. Lo encargó el GIF, antecesor del ADIF español y su homólogo luso, y dieron alas a Aznar y a Durão Barroso para asegurar que sería la primera línea de alta velocidad en pasar de un país al otro en el 2009. Pero todo se quedó en palabras.

Y un nuevo estudio para el 2022. Ábalos pone en marcha el enésimo estudio que se adjudica el viernes. La Xunta reclama la salida sur, para lo que ha hecho su propio informe, presentado el año pasado. Feijoo apuesta por un ramal para llevar el tren al puerto de Bouzas; Caballero, no.
Y un nuevo estudio para el 2022. Ábalos pone en marcha el enésimo estudio que se adjudica el viernes. La Xunta reclama la salida sur, para lo que ha hecho su propio informe, presentado el año pasado. Feijoo apuesta por un ramal para llevar el tren al puerto de Bouzas; Caballero, no. XOAN A. SOLER

Ya en el 2005 al visitar a la alcaldesa de Vigo Corina Porro, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, hizo público que se retomaba la idea. «Pondré toda la carne en el asador para este proyecto junto con el Concello», decía el mandatario. Sería en diciembre del 2006 cuando volvía a coger forma administrativa la idea con la exposición pública del «estudio informativo del eje atlántico de alta velocidad, acceso sur O Porriño-Vigo». En él se abrigaba ya la idea de canalizar el tren desde la estación bajo tierra camino de Portugal, aunque la ministra Magdalena Álvarez no mostraba ningún gesto a favor del proyecto hasta que se terminasen los análisis técnicos. Una especie de ¡ya veremos!

Las numerosas alegaciones recibidas hicieron que se optase por licitar un «estudio informativo complementario» en abril del 2009, con plazo de redacción de 15 meses. Precio: 850.000 euros y ya se rondaban desde el inicio los 3,5 millones en decisiones políticas infructuosas sobre la salida sur, a los que habría que sumar los costes de los estudios sobre el nuevo puente que uniría los dos países por encima del Miño.

La crisis de Portugal primero y la española después volverían a frenar todo hasta que el Gobierno luso se le dio por planificar este año sus inversiones en infraestructuras hasta el 2030 poniendo la vista en Vigo y su salida sur como eje de comunicación con Madrid y Europa. Y por eso llega el nuevo estudio que el viernes se adjudica, con otros 405.350 euros y 12 meses de estudios más.