De trabajar durante 19 años en Casa del Libro a montar su propia editorial

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

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La viguesa María Rodríguez Couto se reinventa con Desayuno con Libros

19 jun 2021 . Actualizado a las 13:05 h.

A María Rodríguez Couto le falló la salud para ser librera tras 19 años de dedicación a una profesión que no cambiaría por ninguna otra si no fuera necesario. Entró en Casa del Libro cuando inauguró su sede en Vigo y la tuvo que dejar con gran pena este año por culpa de una lesión que le imposibilita ejercer una profesión que parece muy cómoda pero es un falso mito que María derrumba en un momentito: «Parece más bonito de lo que es, y lo es, pero físicamente también es duro porque hay muchos ejemplares que colocar y muchas cajas que descargar, al menos en establecimientos como este, con tanto movimiento y rotación de mercancía», explica.

La exlibrera lo es por imperativo legal y sanitario. «Lo tuve que dejar hace año y medio porque me diagnosticaron una grave lesión en una rodilla y tras una larga baja me han reconocido una discapacidad que me impide dedicarme a este sector», lamenta. Con 48 años, se encontró en shock, con una pequeña pensión «y pensando qué iba a hacer con mi vida a partir de entonces», cuenta.

La viguesa siempre tuvo claro que vivir rodeada de libros era lo que quería, pero no solo en su tiempo libre, sino como dedicación profesional. Para ello se le ocurrió ir a Granada, una de las pocas ciudades en cuya universidad se podía estudiar Biblioteconomía y Documentación, «que ahora se llama de otra manera pero ya entonces parecía algo friki. ‘¿Que estudias qué?', me decían compañeros que hacían Derecho, Filología, Farmacia y carreras más ‘normales'», recuerda.

Recién licenciada encontró trabajo en Vigo, en la biblioteca del Instituto Oceanográfico, pero al poco le salió la oportunidad de entrar en la plantilla de Casa del Libro, que aterrizaba en la ciudad y que por cierto, cumple 20 años el próximo mes de julio desde que abrió sus puertas en Velázquez Moreno, 27. Allí ya estaba ella, incluso unos meses antes, para el rodaje previo. «Aprendí mucho y lo echo mucho de menos, pero ya no puedo trabajar ni en esa ni en otras librerías».

El mundo se le echó encima pero aún quedaban sorpresas, ya que llegó el covid y tampoco podía seguir organizando los clubes de lectura que solía hacer de forma independiente, en los que ha tenido a invitados tan mediáticos como el mismísimo James Rhodes. Así, se decidió a seguir con algo muy cercano y de lo que sabe mucho, porque María es -era- una librera auténtica, de esas que no solo conoce cada obra por la que le preguntan, sino que se le acercaban muchos autores para que les leyera sus obras o se lo preguntaban en su perfil de Facebook en el que ni ella sabe cómo, tiene más de 80.000 seguidores, unos cuantos más que en su Instagram.

Su marido, Manuel, la animó a montar la editorial que ha bautizado Desayuno con Libros, que acaba de estrenar como si fueran diamantes de Truman Capote, y reconoce que la médica del Sergas que llevó su caso también le dio el otro empujón de coraje que necesitaba para una aventura tan difícil. Pero ahí está su primer lanzamiento, la novela La tienda de los secretos, de la malagueña Belén Sánchez, y dos más a punto de salir: un libro de relatos y otro de poemas.

Su forma de entender el proceso editorial es muy distinto al de las empresas que facilitan la autopublicación de cualquier obra. Para empezar, trabaja con una distribuidora que sirve a todas las librerías de España (que no suelen vender autoeditados) y su web también realiza esa función. Además, ella selecciona a los autores noveles que decide publicar. «Pagan una parte por la corrección y la impresión, pero luego las ventas son libres para ellos. A ello se añade su experiencia, una envidiable cantidad de contactos y una preocupación por la estética que abomina de portadas descargadas de fotos de Internet. El ilustrador David Pintor es el autor de la primera.