Vigo remata la mayor estación de Galicia

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

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Interior de la nueva estación ferroviaria de Vigo
Interior de la nueva estación ferroviaria de Vigo Oscar Vázquez

La apertura del centro comercial de 125 locales se prevé para septiembre y el ADIF calcula que dos millones de personas pasarán al año por Vialia

18 jun 2021 . Actualizado a las 01:49 h.

Hace trece años el arquitecto estadounidense Thom Mayne dibujó a propuesta del Ayuntamiento de Vigo los primeros trazos de su proyecto para la nueva estación de ferrocarril de la ciudad. En el 2015 llegó el primer tren a sus andenes, pero aún habrían de pasar tres años más hasta que las grúas empezaron a transformar el resto del espacio con una terminal de pasajeros definitiva y un complejo comercial cuya obra llega a su remate. Quedan solo tres meses para que entre en servicio al completo la que pasará a ser la mayor estación de tren de Galicia.

«Es un proyecto que va a cambiar la ciudad, es una puerta de entrada a Vigo», verbalizaba el premio Pritzker de arquitectura en una de sus visitas a las obras que ocupan 216.300 metros cuadrados, 125.000 destinado a un gran centro comercial pensado como captador de público junto a una plaza para actividades deportivas y de ocio abierta en lo alto con 23.000 metros más.

Es la cuarta estación en la historia que se asienta en los mismos terrenos enmarcados por las calles Urzaiz y Vía Norte, en una ciudad que cuenta con otro acceso ferroviario en Guixar, levantado con vocación provisional en el 2011 y que no conecta con la nueva, ni tampoco con el eje atlántico de alta velocidad, con lo que su uso queda reducido a los trenes de proximidad y a los que circulan por la vía del Miño y hacia Portugal.

Precisamente el impulso que el Gobierno luso está dando a su red ferroviaria y su objetivo de enlazar en alta velocidad con Galicia, dará un papel central a la nueva estación viguesa, que deberá transformarse de final de trayecto a andén pasante. Hasta Urzaiz llegarán hacia el 2030 los trenes rápidos portugueses que se dirijan al norte de Galicia y hacia Madrid. Accederán a la estación bajo tierra desde O Porriño en un hueco ya previsto al final de los andenes y cuyo estudio de alternativas, a punto de adjudicarse, quedará definido en el plazo de un año.

«Vigo va a ser un enclave turístico mucho más accesible», apunta sobre dicha circunstancia Daniel Lorenzo, director de márketing del grupo francés Nhood, concesionaria del centro Vialia durante 50 años, que cuenta ya con 300 complejos comerciales en diez países y que ultima en paralelo el de la estación de Gare du Nord de París. «La de Vigo será un referente mundial, al ser una obra de un arquitecto como Thomas Mayne», añade.

Las seis vías y cuatro andenes de 400 metros están a 15 metros por debajo de la cota de la anterior estación, desembocando en ella el túnel de ocho kilómetros por el que se canalizan los trenes del eje atlántico, y desde este mes los que van a Madrid también. El ADIF señala que unos dos millones de personas pasarán al año por la estación y su centro comercial, idéntica cantidad estimada por la Xunta para la plataforma de autobuses anexa.

La promotora del centro comercial ha entregado ya los espacios a los clientes de mayor dimensión: Cines Yelmo, Alcampo y Primark y en los próximos días les seguirán para adecuar sus espacios Fnac, Adidas, Burguer King, KFC, Llongueras, Mango, McDonald... o marcas gallegas y locales como la del restaurante Maruja Limón, insignia de una apuesta gastronómica amplia, superando entre todos los establecimientos ya adheridos el 90 % de ocupación. Un tercio de los negocios son nuevas marcas para Vigo además. El operador ferroviario estima que durante la construcción de la estación de Vigo se dio trabajo a 900 personas, y que otras 1.500 lo tendrán a partir de ahora.

Trescientos millones de euros para transformar la entrada a la ciudad

Las distintas fases en las que se ha dividido la construcción de la estación superan los 300 millones de euros. La mayor inversión (83,5 millones) la absorbió el centro comercial, seguidos de los 73,6 en los que el ADIF tasa la obra para el acceso del tren. Más de 21 millones serán empleados en cambiar los accesos en la zona de Urzaiz, con un ramal desde la estación de buses a la AP-9 y un túnel desde la misma autopista a las calles próximas a Vialia. La estación provisional en el mismo emplazamiento, en uso desde el 2015 hasta este año y ya demolida, costó 3,2 millones, y la de autobuses, que construye la Xunta, 18 millones más. El Concello promueve un gran ascensor panorámico en la zona, el Halo, con 6 millones de coste.