Cuando los bomberos llaman a los bomberos

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

cedida

En la nueva ubicación vierten sustancias contaminantes al limpiar sus equipos

13 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando algo es trágicamente absurdo suele denominarse kafkiano, en referencia a esas circunstancias, trágicas y absurdas, que Franz Kafka reflejaba magistralmente en sus obras. El calificativo encajaría perfectamente en lo que lleva sucediendo con los bomberos en Vigo los últimos años. En la tribu ecologista sentimos una especial afinidad y empatía con los bomberos. Sobran argumentos para defender que pocos servicios de emergencias nos ayudan tanto como ellos en lo que se refiere a la lucha contra la contaminación y la defensa de nuestro patrimonio natural cada vez que apagan un incendio (forestal o urbano) contienen un vertido contaminante, reparan fugas de agua o incluso rescatan, que lo hacen mucho, animales humanos y no humanos en peligro, muchas veces jugándose su propia vida. Vaya por delante por lo tanto el agradecimiento a su labor, uno de esos trabajos que pasan desapercibidos hasta que te toca personalmente que los necesites y acudan rápidamente a sacarte las castañas del fuego, valga la metáfora. Esta semana se producía el traslado del parque de Balaídos a la antigua depuradora del Lagares. Que un edificio que se diseñó para albergar una depuradora no se diseñó para acoger un parque de bomberos (o un centro cultural) no debería necesitar, es una obviedad, mayor explicación aunque se trate de un traslado provisional. Podríamos recordar que tampoco los bajos de una grada de un campo de fútbol se diseñaron como parque de bomberos, provisional, aunque esa provisionalidad se prolongó durante 35 años. El caso es que este traslado supone, muy a pesar de los bomberos, un riesgo ambiental añadido.

 Por cuestiones lógicas de mantenimiento y seguridad, los bomberos tienen que realizar una limpieza exhaustiva de sus materiales y equipos después de cada intervención, máxime cuando en la mayoría de sus actuaciones se enfrentan a sustancias altamente contaminantes que quedan impregnadas en dichos equipos y materiales. El problema es que esa limpieza tendrán que hacerla ahora en el exterior, con el potencial riesgo de contaminación que implica el lixiviado de dicha limpieza justamente al lado de uno de nuestros más valiosos espacios naturales. Esas limpiezas en el exterior terminarán en la Xunqueira do Lagares como escorrentía de pluviales, es decir, un vertido de detergentes y sustancias contaminantes directamente al espacio natural, y de ahí a la ría, sin tratamiento alguno. Seguimos pensando erróneamente que las aguas pluviales están limpias, por eso están separadas de la red de saneamiento y se vierten directamente, pero lamentablemente no es cierto: arrastran muchas sustancias contaminantes y metales pesados y, en este caso, también detergentes y elementos tóxicos.

 Con justificada indignación los mismos bomberos lo denunciaban esta semana. Imaginen el absurdo kafkiano: La limpieza de sus camiones y equipos con los obligatorios detergentes provocando un vertido contaminante a la Xunqueira do Lagares y el Concello de Vigo llamando a los mismos bomberos para que den la vuelta al edificio y acudan a controlar el vertido contaminante provocado por dicha limpieza. Y así sucesivamente en bucle cuando regresen dando la vuelta al edificio otra vez y vuelvan a realizar la preceptiva limpieza. A esto añadan el efecto abrasivo de los rayos ultravioletas y la humedad sobre los materiales expuestos al sol y la lluvia obre los camiones aparcados a la intemperie que los degradan y convierten en un colador. Es todo un despropósito y una improvisación municipal irreflexiva que se solucionaría si alguna vez el Concello, antes de adoptar una decisión, hablase con los afectados porque quizás, solo es una remota posibilidad, los bomberos de Vigo sean quienes mejor conocen las necesidades que tienen los bomberos de Vigo y quienes mejor conocen lo que necesitan para facilitar su trabajo y dar una mejor respuesta a las emergencias que tienen que atender, incluidas las ambientales.