El apuñalado por su exnovia en el cuello en Vigo: «Noté el pinchazo y me cayó la oreja hasta la mitad»

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

E. V. Pita

Los hechos se remontan a hace once años y la acusada solo recuerda que él la golpeó y la persiguió con un cuchillo

09 jun 2021 . Actualizado a las 16:42 h.

Una acusada de acuchillar en el cuello a su exnovio, con el que había pasado la noche en mayo del 2010, ha comparecido esta mañana en una sesión por videoconferencia en un juicio en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo. La vista se celebra once años después de los hechos y la acusada alegó falta de memoria pues solo recordaba que fue su exnovio el que la atacó. 

La mujer tenía orden de alejamiento del exnovio pero fue a su casa y pasaron la noche juntos. A la mañana siguiente, discutieron, él le dio empujones y patadas y ella, supuestamente, le apuñaló con un cuchillo de cocina en el cuello. La mujer, M.J.C., está actualmente fuera de Vigo y afronta casi cinco años de cárcel y el pago de 2.400 euros de indemnización al herido por las curas y lesiones. El hombre, A.G.P., también se sentó en el banquillo, acusado de malos tratos en el ámbito familiar y afronta 10 meses de cárcel.

La defensa pidió la prescripción de los delitos. La implicada testificó por videoconferencia y dijo que solo recuerda los hechos «más agravantes». Dice que el exnovio la llamó por teléfono el día que ella cobró la paga no contributiva y la invitó a ir su apartamento con barra americana. «Insistía en verme. Me encerró en su casa y me amenazó con un cuchillo. Él discutió porque quería que yo le diese dinero y me opuse, le dije que no porque yo necesitaba el dinero. Me retuvo, me pedía el dinero y como yo me negaba me zarandeó, me pegó patadas y me lesionó las cervicales. Solo recuerdo que luego él estaba con un cuchillo en alto en la mano. El recuerdo que tengo es que todo fue muy rápido. Empecé a gritar pidiendo ayuda, yo quería salir y él estaba con un cuchillo. Tiré de la puerta y salí, él venía detrás mía con el cuchillo por la calle corriendo y seguí gritando. Vinieron a ayudarme y grité: 'Socorro, me quieren matar' y él me decía: 'Gitana, te voy a buscar la ruina», relató la acusada a la Fiscalía.

Solo recuerda el momento del forcejeo pero no sabe que él tuviese una herida en el cuello ni tampoco el motivo por el que ella pasó varios meses en prisión porque «yo estaba en shock». «Han pasado once años y estoy en tratamiento psiquiátrico, este es el recuerdo que tengo», dijo. La Fiscalía la acusó de tener recuerdos selectivos, solo lo que le afectaba a ella. 

En aquel entonces, ella trabajaba cuidando niños y ancianos «y él vivía de lo que yo cobraba; él me pedía dinero constantemente». Durante el noviazgo, se enteró que él había pegado a su propia madre y tenía orden de alejamiento. «Decían que conmigo había cambiado pero él era agresivo, me pegó y no quise denunciarlo. Yo le pagaba la cocaína y él trapicheaba con droga», añadió en repuestas a su abogado.

Por su parte, el otro acusado alega que ella lo perseguía aquellos días a pesar de que la acusada tenía una orden de alejamiento. «Yo no la llamé, llamó ella. Dijo que estaba tirada en la calle porque la echaron del albergue por mal comportamiento, me coaccionó con la pena y la llevé a dormir a mi casa. Fue el mayor error de mi vida», contó el exnovio a la fiscala. 

Esa noche «consumimos drogas pero yo no quise tener relaciones con ella, solo accedí a que pasara una noche en mi casa». Al día siguiente, discutieron porque ella no quería irse del domicilio. «Abrí la puerta para marcharnos y ella me clavó un cuchillo; noté el pinchazo y salí corriendo. Si la puerta no estuviera abierta me cae la segunda y tercera puñalada», explicó a la jueza. No entiende el ataque porque «siempre la defendí, la cuidé con cariño». 

Tras sufrir la puñalada, «ella venía corriendo detrás de mí, notaba su aliento y escapé para sobrevivir, me venía pisando los talones con el cuchillo. Cerré el portal pero ella empujó y salió la mano de ella con el cuchillo y grité: 'Socorro, socorro'». El arma quedó tirada en el suelo con sangre y una ambulancia lo recogió. Aún le quedan las secuelas: «Me cayó la oreja hasta la mitad, me caía la sangre a chorros»

Cuando ella salió de prisión preventiva, volvió a llamar a su portal pero él miró por la ventana y no quiso abrirle ni saber nada. Asegura que nunca la agredió, «defendí mi vida sin tocarla». Añade que conoció a la acusada cuando él trabajaba en el Puerto y luego se quedó en el paro. Consumía cocaína y ella la pagaba con la paga de su PNC y no le invitaba. Añade que el piso lo pagaba él y compraba la comida. Su noviazgo duró tres meses y luego hubo cuatro meses más de «persecuciones». 

Él fue denunciado dos veces por maltrato y luego absuelto. Asegura que, tras una orden de alejamiento, ella se quedó de okupa en su domicilio tres meses y vendió sus pertenencias. Un vecino testificó que vio al chico herido en el portal cerrando la puerta para que la chica muy alterada no saliese fuera.