Los 30 por hora que nadie respeta aún

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

A punto de cumplirse un mes de la limitación de velocidad, los conductores se quejan de las escasas señales

06 jun 2021 . Actualizado a las 03:13 h.

Cuando se cumplen 25 días de la entrada en vigor de las nuevas normas de circulación que limitan la velocidad a 30 kilómetros por hora en calles de un solo carril por sentido, el desconcierto entre los vigueses es evidente. La mayoría de los conductores prefieren mirar para otro lado y seguir como si las restricciones no fueran con ellos. Lo comprobamos ayer a pie de calle. Las mayores infracciones se registran en el tramo de Gran Vía que discurre desde Urzaiz a la plaza de España, tanto en sentido ascendente como descendente. En ambos casos tienen limitación de 30 y buena parte de los vehículos circulan a una velocidad de entre 40 y 50 kilómetros por hora.

Otra calle en la que se detecta una situación similar es Venezuela en el trayecto que va del Concello a Gran Vía. En este caso coches y motos no solo no respetan la velocidad, sino que algunos conductores se incomodan con los que sí lo hacen y los recriminan al adelantarlos.

La queja más extendida entre los ciudadanos es la falta de señalizaciones, como comentaban en la cola de una panadería de Sanjurjo Badía. «Han quitado las señales que había de 40 por la calle, algunas cerca de los Jesuitas, y no han puesto otras; ahora no sabemos a cuánto hay que ir, solo están señalizados los badenes y alguna rotonda», explican tres vecinos.

Algo similar ocurre en la avenida de las Camelias, donde solo tienen límite de velocidad de 30 los resaltes y las rotondas y cada cual circula como quiere o como le permiten los estacionamientos que ocupan el único carril por sentido.

En la calle Álvaro Cunqueiro los vehículos superan en hasta 15 kilómetros por hora la limitación de 30 con la esperanza de pillar abierto el semáforo. De ello dan fe en un establecimiento que hace esquina con Pintor Colmeiro. «Van como siempre, no se nota nada», apuntan. La misma situación se registra en Torrecedeira, como se puede constatar con los adelantamientos de conductores intrépidos.

Una de las escasas vías en las que se respeta la limitación de velocidad es en el túnel de la Travesía de Vigo, próximo a un centro comercial. Las cámaras situadas en el techo para informar a la policía del estado del tráfico han hecho correr el rumor de que se trata de radares para el control de velocidad y que en los últimos días se está cebando con las multas.

Las quejas por señalización insuficiente se extienden a calles como García Barbón, Tomás A. Alonso y República Argentina, entre otras. En algunos casos se limita al pavimento y en otros, ni eso.

Entre los colectivos afectados por la reducción de velocidad está el de los conductores del transporte público. «No sabemos qué hacer, si cumplimos con la velocidad nueva, no cumplimos con el horario, y son muchas las calles en las que se ha reducido; vamos pasados de velocidad porque tenemos que cumplir el horario, hay que controlar un poquito, algunas de 50 pasaron a 30», explica un conductor, quien advierte que si conduces a 30 en Sanjurjo Badía es imposible llegar a tiempo.

Hace diez días el comité solicitó una comisión de líneas y horarios para abordar este tema con Vitrasa, pero aún está a la espera de respuesta por parte de la empresa para que adecúe los horarios a las nuevas velocidades, según explica un portavoz.

Como la mayoría de los ciudadanos, los conductores del bus urbano detectan que, en general, la gente no ha reducido la velocidad y que ellos mismos, cuando tienen vía libre no van a 30. Si cumplen con la normativa y van más despacio se quedan sin descanso.

Los taxistas confiesan que andan con más precaución y que tienen dudas. «Aún es pronto para valorar», indican en una parada de García Barbón.

En opinión del presidente de la cooperativa y radio taxi, Manuel Chorén, «de momento aún es pronto para valorar. Si vienen sanciones, entonces lo analizaremos y diremos que nos perjudica». Reconoce que hay usuarios que van con prisa y les piden que vayan más rápido en zonas que no pueden superar los 30 por hora. Entonces, dice, tiran para adelante lo que pueden. «Ahora dura un poco más el trayecto, pero tampoco mucho, donde más se nota es en el centro», indica.

Para evitar suspicacias, Chorén advierte que circular más despacio no encarece la carrera porque el vehículo sigue circulando; lo que la encarece es el tiempo que se está parado en los semáforos.

Para el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Alberto Bugallo, no queda otra que respetar la normativa. «Se trata de calmar el tráfico y de hacerlo compatible con otros usuarios como los patinetes y las bicicletas, que han aumentado mucho, así como de proteger a las personas mayores, las más vulnerables, cuando cruzan la calle».

Cree que todo lleva un proceso y que si bien ya se ha ido reduciendo la velocidad en los últimos tiempos, habrá que seguir cumpliendo las leyes. «Nos tenemos que mentalizar, para eso están las escuelas, para que enseñar a la gente a respetar las normas».

En la mayoría de las grandes avenidas se permiten diez kilómetros más

En la mayoría de las grandes avenidas de Vigo la velocidad permitida es de 40 kilómetros por hora. Es el caso de la avenida de Samil, la de Balaídos y una parte de Buenos Aires. También se mantiene esta misma velocidad en arterias que conectan el casco urbano con las parroquias, como Estrada da Venda y calle Seixo (Beade), Monte Calvario y Xestoso (Bembrive) y avenida Atlántida (Alcabre). En otros viales como Arquitecto Palacios y Clara Campoamor (carretera que conduce al campus de Lagoas-Marcosende y al Hospital Álvaro Cunqueiro) se puede seguir circulando a 70 por hora.