«Los escribanos eludían los controles si le pagaban al rey»

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

El miembro fundador del Instituto de Estudios Vigueses presentará mañana el libro «Es testimonio de verdad»

02 jun 2021 . Actualizado a las 10:11 h.

La sede del Instituto de Estudios Vigueses acogerá mañana jueves, a las 19.30 horas, la presentación del libro Es testimonio de verdad. Los escribanos de Vigo y su comarca 1638-1862, del historiador y miembro fundador del citado instituto Juan Miguel González Fernández.

-¿Quiénes eran los escribanos?

-Eran los antepasados de los actuales notarios.

-¿Cómo se accedía a ese puesto?

-Tenían que pasar por un montón de filtros. Debían ejercer como oficiales de la pluma cinco años antes de examinarse en Madrid ante el Consejo de Castilla. Tenían además que pagar la mitad del sueldo del primer año. En el caso de Vigo y Bouzas, donde se unían el juzgado y el ayuntamiento, eran elegidos por el arzobispo de Santiago y el obispo de Tui, respectivamente. Los que ejercían por libre tenían que presentarse ante el ayuntamiento para que les dieran posesión del cargo. Los escribanos de ayuntamiento y juzgado eran cargos vitalicios.

-¿Era gente con una preparación superior a la media?

-Sí porque vivían en una sociedad en la que el 90 % no sabía escribir ni leer; eso les daba una posición de privilegio.

-¿Cuál era su trabajo?

-Hacían gestiones para el ayuntamiento y copias de documentos, pero los más importantes y numerosos eran los escribanos libres, que se dedicaban a hacer escrituras. Vigo era un polo de atracción para los escribanos de la provincia debido a que había un sector de población poderoso económicamente, estaba el puerto y había varias ferias y mercados en donde se hacían transacciones en las que intervenían.

-¿Cuál es la acotación cronológica de su investigación?

-Empiezo en 1638 por la disponibilidad de los archivos en los que trabajé, y concluyo en 1862 porque es cuando se dicta la ley del notariado por la que dejan de ser escribanos para convertirse en notarios. Para esta nueva figura ya se exigían conocimientos del derecho.

-¿Era una profesión bien vista?

-Estaban muy mal considerados en el refranero popular, se les tachaba de ladrones; a algunos, en la documentación que yo revisé, se les dedicaba palabra poco elogiosas. Tenían muy mala fama.

-¿Cuidaban la escritura?

-Cada escribano tenía dos o tres oficiales de la pluma, porque el oficio funcionaba de una forma gremial. Generalmente, eran quienes escribían, ellos solo firmaban los escritos y ponían el signum.

-¿Qué fuentes documentales siguió?

-Las principales fueron el Archivo Diocesano de Tui, el Archivo Municipal de Vigo, donde siempre me tratan muy bien, y para los protocolos notariales el Archivo Histórico de Pontevedra.

-¿Tenían estos profesionales algún tipo de control?

-Cada cuatro años estaba la visita general de escribanos organizada por la Real Audiencia para revisar la documentación y preguntar a los vecinos por su comportamiento. Sin embargo, no siempre se realizaba porque, pagando una cantidad al rey, se evitaba la visita.

-¿Participaron en política local?

-Discretamente, sobre todo en el siglo XVII, como concejales, y de una forma más amplia en el el cargo de procurador general. Más de la mitad fueron procuradores y escribanos, alguno lo utilizó incluso como negocio propio, pero podríamos decir que pertenecían a una clase media, que vivía bien aunque sin lujos.