Juan Manuel Pérez Martínez dio nombre al Barrio do Crua

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

El sacerdote cedió parte de sus terrenos para la instalación del asilo creado por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Vigo

23 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El 2 de noviembre de 1896 fallecía Juan Manuel Pérez Martínez, el sacerdote al que alude el actual topónimo Barrio do Cura debido a que allí tenía su casa. Fue un religioso de renombre en el Vigo de su tiempo, y llegó a hacerse con una importante fortuna en forma de terrenos. En 1860 era presbítero y siete años más tarde, coadjutor de Vigo. Con el paso del tiempo, llegó a ser el capellán castrense de la ciudad.

A través de los boletines eclesiásticos de la diócesis de Tui se puede observar que está en todas las cuestaciones realizadas entre los sacerdotes para aportar dinero a diversas causas; al principio con cantidades módicas, pero, más adelante, con otras más importantes.

En 1883 presidió, junto al prior de la colegiata, las exequias por el contraalmirante Casto Méndez Núñez, cuando se exhumaron sus restos mortales enterrados en Moaña para ser trasladados al panteón de marinos ilustres de San Fernando, en Cádiz.

La casa de Juan Manuel Pérez Martínez estaba ubicada en lo que hoy en día conocemos como el Barrio do Cura, pero que en su época mantenía el topónimo de Campo do Pozo, tal como se puede comprobar en algunas publicaciones de entonces. Y fue allí donde se perpetuó su presencia actual en el callejero.

Fue en mayo de 1883 cuando la religiosa Teresa de Jesús Jornet recibió una carta de un sacerdote de Vigo pidiéndole que fundase una casa para los ancianos desamparados en esta ciudad. Un mes más tarde llegó a Vigo sor Teresa de Jesús, superiora general de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, acompañada de su secretaria y seis monjas más. Dicen las crónicas que se instalaron en una casa del Areal, adquirida a este objeto, en donde comenzaron a ejercer el mismo día la misión con diez pobres. Al año siguiente, Juan Manuel Pérez Martínez les hizo donación de un terreno con entrada por la antigua carretera de Baiona. Manuel Felipe Quintana fue el arquitecto que emprendió el proyecto, que no se culminaría hasta 1910, aunque posteriormente se realizaron otras ampliaciones.

La casa de aquel sacerdote castrense pasó, tras su muerte, a su sobrina, que estaba casada con Enrique Davila, profesor de Artes y Oficios. En marzo de 1968, El Pueblo Gallego titulada un artículo El lamentable Barrio del Cura. Se dice que allí vivían felices 18 familias. Decía el periodista que entrar en aquel barrio era «penetrar en una ciudad enquistada en el leviatánico Vigo, una Sangrilá pequeña, feliz, ajena a toda barahúnda de progreso e tráfago». Se habla de la panadería de Domingo Fernández Cousiño, de la casa de Isabel Martínez o del tranviario José Amaro. El periodista preguntó a una vecina si no temían que los herederos del cura decidieran vender para construir en la zona un gran bloque de viviendas. «Eso no puede pasar porque no van a hacer un edificio que le quite la vista a las monjas», contestaba la vecina. Y acertó. Hubo que trasladar el asilo para que el barrio hoy en día se haya destruido completamente.

El traslado se produjo hace veinte años a la parroquia de Alcabre, donde siguen desarrollando su importante labor con las personas mayores.