La merluza nació en Norteamérica hace 30 millones de años

Somos Mar REDACCIÓN

VIGO CIUDAD

CARMELA QUEIJEIRO

Científicos del IEO logran reconstruir la historia evolutiva de la especie a partir de muestras de un museo

22 may 2021 . Actualizado a las 08:18 h.

La primera merluza nadó en aguas de Norteamérica allá por el oligoceno medio. Es decir, hace 30 millones de años, que es de cuando datan los primeros fósiles de merluza y cuando empezaron a aparecer ecosistemas parecidos a los actuales.

Ese es el resultado de la investigación realizada por científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), en colaboración con la Universidad de Vigo, la Universidad Autónoma de Barcelona y el Instituto de Ciencias del Mar también de esa ciudad (ICM-CSIC). El equipo ha abordado un análisis genético de 1.205 ejemplares de merluzas de todo el mundo y eso les ha permitido reconstruir la historia evolutiva de un pez común en todas las pescaderías y menús diarios.

En ese viaje al pasado, los investigadores han comprobado a través de análisis genéticos que la merluza más antigua del género es la norteamericana (Merluccius bilinearis). Esta, según la versión de los científicos debió extenderse desde Groenlandia hacia el sur, a través de un océano Atlántico aún incipiente, hasta alcanzar el océano Pacífico.

La especie ancestral de Merluccius se dividió después en dos grandes linajes denominados en el estudio como viejo y nuevo mundo, que se formaron a causa de la expansión geológica del océano Atlántico.

No fue el único evento geológico que condicionó el devenir del antepasado de nuestra Merluccius merluccius. Por ejemplo, el cierre de la vía marítima de Panamá, hace 3,5 millones de años, actuaron —sostienen los científicos— como barrera geográfica entre los dos linajes y favorecieron el nacimiento de nuevas especies de merluza.

El trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, sugiere además un origen común para los catorce especímenes representantes de nueve morfotipos de merluza raros del Pacífico sur y el Atlántico sur.

«Parece que la hibridación es recurrente en regiones adyacentes y de superposición por lo que todavía pueden encontrarse nuevos morfotipos raros», explica Montse Pérez, investigadora del Centro Oceanográfico de Vigo y primera autora del trabajo. Según detalla, «es un hito haber conseguido esta información a partir de muestras fijadas de museo, aunque todavía existen lagunas de conocimiento en la taxonomía de la merluza», concluye la científica.