«Dejé la enfermería por la fotografía para ser feliz»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La viguesa Inés Castro, especialista en eventos, acaba de ganar el certamen Wedding Awards 2021

27 mar 2021 . Actualizado a las 14:15 h.

En solo seis años, la viguesa Inés Castro, que tiene 36, ha pasado de ser enfermera infeliz a exultante fotógrafa tras especializarse en bodas en este apartado y ser una de las más valoradas del país. Lo avala el premio que acaba de recibir en los Weeding Awards que concede el portal bodas.net, uno de los más prestigiosos del sector. El certamen tiene una especial relevancia porque los votos que tienen más peso en la clasificación son los que dejan los propios clientes y son más de siete millones de parejas las que participan. Desde su estudio en Vigo, Ine C.P. (calle Zaragoza, 8), se mueve por toda la provincia. A veces cambia de lado de la cámara y se pone frente al objetivo, ya que también es modelo.

-¿Desarrolla ambas facetas por igual o le interesa más una de ellas?

-Empecé en ambas cosas casi a la vez, pero la fotografía es, sin duda, lo que más me interesa. El tema de modelo es un hobby porque, además, es algo que no me daría para ganarme la vida.

-¿Cómo empezó?

-Primero como autodidacta y, tras hacer algunos cursos, fui muy poco a poco adquiriendo experiencia, entrenándome con trabajos en mi entorno, haciendo fotos para personas que conozco para no sentirme presionada. Luego, con un equipo mínimo que iba ampliando según iba obteniendo beneficios, decidí montar el estudio porque era lo que me gustaba y no dejo de aprender porque considero que es una formación continua.

-¿Qué pasó con la enfermería? ¿Por qué lo dejó?

-Hubo diversas circunstancias que me hicieron abandonar y encontrarme de nuevo con la fotografía, que era mi vocación antes que la enfermería. Crecí rodeada de cámaras analógicas. Di ese salto sabiendo que era un poco arriesgado, nada que ver con la estabilidad que me daba un empleo en el sector sanitario, pero al final decidí que era mejor dedicarse a lo que me hace feliz.

-Pero la enfermería también es una profesión muy vocacional...

-Sí, y lo fue para mí y lo disfruté mucho durante un tiempo, pero por razones personales, en mi vida privada tuve que dedicarme a ello casi las 24 horas al día y al salir de aquello sentía que todo lo iba a llevar a mi propia experiencia. Aunque la empatía es necesaria, también hay que mantener la cabeza fría y supe que no iba a ser capaz.

-Y cuando decidió volcarse con la fotografía, la elección de la temática de bodas se debió también a un gusto personal o a que es un mercado interesante?

-Las elegí porque me encantan. En mi profesión es todo muy bonito porque la gente viene a ti para guardar recuerdos agradables. Además de otras ceremonias como comuniones y bautizos, hago muchas sesiones newborn, con familias, mujeres embarazadas y lo que va surgiendo, pero las bodas son lo más porque yo soy muy romántica y las disfruto muchísimo, me las llevo a lo personal.

-Todo premio tiene su importancia, pero este que le han dado tiene un gran valor

-Es el premio más importante porque agrupa a los profesionales del sector de los eventos en todo el territorio nacional y solo se premian los más recomendados en cada área por las reseñas que dejan los usuarios. Yo obtuve cinco estrellas de las cinco posibles, la máxima recomendación. Para mi es una recompensa a un esfuerzo enorme que supongo que tiene que ver con la dedicación y el cariño que le pongo.

-¿Cómo ha llevado el año de pandemia en su estudio?

-Ha sido un año bastante malo y lo peor es que las previsiones para el actual tampoco son una maravilla, sobre todo en lo que respecta a las bodas. Las Navidades salvaron un poco el presupuesto, pero los enlaces pospuestos del 2020 para el 2021 ya se están retrasando al 2022. Por suerte hay ceremonias que aún no están tan tocadas, como los bautizos o las comuniones, que hay menos pero se siguen manteniendo aunque se junten pocas personas, y además se siguen haciendo fotos en exteriores para los recordatorios.

-¿El teléfono móvil es el principal enemigo del fotógrafo?

-No, yo también lo uso, pero no es lo mismo. Sobre todo porque los eventos son algo de mucha responsabilidad en lo que no puedes fallar porque no hay segunda oportunidad. Y luego están las copias. Yo siempre guardo todas las sesiones porque a veces la gente pierde las fotos o se deteriora el soporte digital en el que las guardan y no las habían imprimido.

-¿Cómo fue lo de empezar a hacer de modelo a los 30?

-Por un casting en una peluquería en Vigo. Pedían gente para un desfile, quise probar suerte y me escogieron para uno pequeñito. Posteriormente me enteré de que había otro en Tui y también fui, y estaba el director de una agencia de modelos. Me ofrecieron entrar y cada vez que sale un desfile me llaman. Aún estuve la semana pasada en una feria de novias en Redondela, pero esta vez como modelo. Luego surgió la oportunidad de presentarme al concurso de Mrs. Galicia 2020, que es para mujeres de más de 30 años. Lo gané y además quedé séptima en el certamen europeo.

Inés Castro, posando ella misma como modelo esta semana en una feria de bodas
Inés Castro, posando ella misma como modelo esta semana en una feria de bodas