Las cuatro narcoplaneadoras requisadas al clan Santórum se tasan en medio millón de euros

Javier Romero Doniz
Javier romero REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Cedida

Las dos lanchas de 10 metros y medio se escondían en una nave de Tomiño con salida al río Miño; el buque MV Karar, que transportaba 3,8 toneladas de cocaína, pretendía atracar en el puerto de Vigo, pero «fue rechazado por carecer de justificación suficiente»

10 mar 2021 . Actualizado a las 10:49 h.

Juan Carlos Santórum, su hermano Ricardo y doce investigados más integran el bautizado policialmente como clan Santórum. El Juzgado de Instrucción número 3 de Vigo acaba de procesarlos por organizar, el pasado abril, la descarga frustrada de 3.824 kilos de coca a bordo del buque MV Karar. Los escenarios de la investigación se despliegan por buena parte de las Rías Baixas. No solo por la sucesión de reuniones que protagonizaron, sino también por la red de naves industriales a disposición de Santórum y su gente en Vilagarcía, Sanxenxo O Grove, Vigo, Mos, Tomiño y Monçao. Dentro de ellas, según la conclusión procesal, todo lo necesario para salir planeando de las rías, recoger portes, volver y descargar: remolques, tractores, combustible a granel y lanchas.

Una de las embarcaciones ilegales decomidas en naves industriales gestionadas por Santórum y su organización.
Una de las embarcaciones ilegales decomidas en naves industriales gestionadas por Santórum y su organización.

Cuatro planeadoras de dimensiones desproporcionadas llaman la atención, y no solo por su valor ya tasado, de 500.000 euros. La joya de la flotilla, valorada en 288.000 euros, se guardaba en Tomiño, sobre un remolque y dotada con tres motores de gran cilindrada sin número de serie. Carece de matrícula e identificación en el casco, y su construcción es artesanal y clandestina, sin homologación oficial. De color gris oscuro, tiene 10,5 metros de eslora y capacidad de carga en su bodega de 3.500 kilos

La segunda planeadora pirata se tasó en 100.000 euros y se guardaba en la misma nave de Tomiño, con salida al río Miño, próxima al Atlántico. Este bote se propulsaba con cuatro motores, también de gran cilindrada. 300 caballos al menos. Su capacidad de carga es de 800 kilos, y su eslora, de 10,5 metros. Las otras dos embarcaciones ilegales requisadas se localizaron en la nave de Sanxenxo, y se tasaron en 50.000 euros ambas. Una, semirrígida, tiene ocho metros y medio de eslora y tres de manga. La bautizaron Abusadora y dispone de capacidad para cargar 2.500 kilos. La otra, de nueve metros y medio, volaba con dos motores de 250 caballos y unos tanques que le conferían autonomía para veinte horas

Un buque fantasma

De acuerdo con el auto de procesamiento, este póker de narcoplaneadoras constituía el arsenal con el que el clan Santórum se disponía a recepcionar las 3,8 toneladas de cocaína que el MV Karar portaba en sus tripas después de su travesía a través del Atlántico. Es este un buque diseñado para prestar servicios a plataformas, con 60,45 metros de eslora. Se encuentra en situación inactiva, aunque sin certificar. Con bandera de Togo, la empresa que lo gestiona, Servitec Team Ship, y su armadora y propietaria, Marcomer S. A., comparten un mismo domicilio social en Panamá.

Resulta llamativo que, nuevamente según la documentación judicial, el capitán del MV Karar pretendiese arribar al puerto de Vigo. Algo que no sucedió, porque «el atraque fue rechazado por carecer de justificación suficiente».

En el momento en el que fue abordado en alta mar, en él viajaban quince tripulantes. Solo uno de ellos no procedía ni de Nepal ni de Bangladés: el gallego José Manuel Blanco, nacido en Bueu. La investigación sostiene que, coincidiendo con la llegada del buque fantasma, el clan quiso mover una de sus planeadoras desde Sanxenxo a O Grove, donde su hombre de referencia sería Yamandú Reboiras. Entre otras pertenencias, tenía en su poder una pistola del calibre 7,65 y cuatro cajas de cartuchos del 22; una de ellas, abierta.