Ismael, el policía local de Vigo que se ha montado su propia película

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El agente de atestados hace realidad su sueño al dirigir y protagonizar un filme basado en su primera novela

29 mar 2021 . Actualizado a las 11:56 h.

Siempre se dice que para hacer realidad un sueño solo hay que perseguirlo con convicción. Suelen decirlo los que lo han conseguido, no los que no lo alcanzaron a pesar de partirse los tobillos corriendo tras él. Ismael Rodríguez Montero es de los que sí. Y no es porque esté acostumbrado a persecuciones, porque a pesar de ser policía local, su puesto está en la sección de atestados, «la mejor» afirma, que lo único que persiguen es cumplir con diligencia los trámites, pero no corren detrás de los cacos.

El agente, que lleva trece años en el Cuerpo, nació hace 36 años en Suiza, país al que emigraron sus padres desde Ourense, aunque volvieron a Galicia, esta vez a Vigo, cuando él tenía 8.

Ismael puede decir que está muy cerca de conseguir no uno, sino dos deseos, que tampoco es que le quitaran el sueño, pero le hacía mucha ilusión. El primero fue escribir una novela, que empezó un año antes de que comenzara la pandemia y acabó poco antes del que el covid-19 arrasara nuestra cotidianeidad.

Lo que llama la atención en la determinación de Ismael para lograr sus objetivos es que tiene la virtud de hacer que parezca todo fácil cuando no lo es. No había escrito nada antes hasta que un día se sentó y se puso a ello. «Nunca se me había ocurrido», asegura. Y aclara que cuando se le ocurrió, tardó dos meses en arrancar porque «no tenía eso que me hacía pensar que podía enganchar y me lancé cuando lo vi claro». Entre atestado y atestado, un año después estaba en sus manos y en las de los lectores El precio de dos vidas, un libro que él reconoce que tiene mucho de autobiográfico, auna novela costumbrista que según iba progresando, fue salpicando de apuntes policíacos y al final podría encuadrarla dentro del thriller.

El libro, autoeditado, lo presentó en diciembre. En Navidad ya se planteó convertirlo en película y dos meses después, toda la maquinaria está en marcha. Una odisea de la que él mismo se sorprende: «¡Es que no sé de donde me ha salido todo este caudal artístico!», afirma.

Pero está encantado «porque se va a rodar en Vigo y porque en los castings que he hecho percibo la ilusión de la gente», asegura el policía metido a hombre orquesta.

Y es que la idea de hacer una película no es como la de la mayoría de los escritores, que ceden sus derechos y se sientan a ver el resultado en la butaca de un cine. No. Ismael ha escrito el guion, ha montado una productora (que aún no tiene nombre pero es probable que se llame IRM84, sus iniciales y año de nacimiento), ha reunido a un gran equipo técnico, ha buscado el elenco artístico por toda Galicia haciendo cástings en Ourense, Ames, Pontevedra y Vigo, donde este domingo se presentaron más de 300 personas, y se ha guardado para él mismo el papel protagonista.

Para costearse esta aventura, Ismael cuenta que se va a financiar con sus ahorros. «En este momento no tenemos ni un euro de dinero público, lo que sí busqué fueron colaboraciones del algunos patrocinadores, como Gadis o Vegano, y la producción está abierta a la participación de otras empresas, por ejemplo, con publicidad tipo product placement», indica el emprendedor. El largo plazo no le va al poli vigués, que quiere empezar el rodaje «en diez días» y terminarlo «en tres meses de rodaje» pero no intensivo, sino con paradas intermitentes para encajarlo con su agenda profesional y la de sus colaboradores.

«Ayer conocí al equipo técnico y estoy seguro de que si la peli sale adelante, nos vamos a llevar muchos premios», vaticina. La historia transcurre a lo largo de veintiocho años, desde 1988 hasta el 2016, y relata la vida de un joven que llega del extranjero y tiene que asentarse en Vigo en un tiempo récord. Consigue encauzar su vida, pero el destino no le augura cosas buenas y él tiene que convertirse en la persona que nunca quiso ser.