Cacerolada de tres mil mujeres que se manifestaron por Vigo en el 8M en filas de tres para evitar el covid

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

Las chalecos violetas llenaron la plaza de América y reclamaron más derechos para las trabajadoras precarias y mayor sensibilidad hacia los trans o las mujeres psiquiatrizadas y pobres

09 mar 2021 . Actualizado a las 02:21 h.

Entre 3.000 y 5.000 mujeres de todas las edades se han manifestado esta tarde desde la plaza de España hasta la plaza de América acompañadas del sonido de tambores, caceroladas, panderetas y silbatos. La marcha de las chalecos violetas transcurrió puntual a las 18.00 horas por la Gran Vía respetando las medidas de distancia social con filas en damero con un radio de dos metros entre cada persona. Iban un máximo de tres mujeres por fila. En la plaza de América hubo una gran concentración pero se respetaron las distancias de seguridad para evitar contagios por covid.

La Policía Local de Vigo se negó a decir la cifra estimativa de manifestantes, por razones desconocidas.

Otra pancarta hacía alusión a la ecología como forma de feminismo, y las había que pedían que «non haxa medo» a pedir derechos. La primera pancarta hacía referencia a los derechos de los trans, una reivindicación que ha adoptado el feminismo actual. También han pedido mayor compasión y sensibilidad hacia las mujeres psiquiatrizadas y pobres y alertaban de que «sen coidados non hai vida» y recordaba que las mujeres son «esenciais, precarizadas».

A mayores las manifestantes llevaban lemas como «se é machista non é Xustiza» y críticas al «patriarcado» y a los «cis» (la visión dominante) y heterosexuales. Otros carteles pedían el fin de la violencia de género: «Na casa, nas rúas, queremos estar seguras» o «Somos as bruxas que non poidestedes queimar».

También se hizo alusión a la huelga de mujeres con motivo del 8M. Eran apoyadas por los sindicatos CC.OO. y CIG. Fueron escoltadas por varios furgones de antidisturbios.

La disciplina anticovid se perdió en las últimas filas, donde iban más apiñados.

Concentración en la plaza de América

Al llegar a la plaza de América a las 19.00 horas, se concentró un gran número de mujeres en el asfalto pero la organización redistribuyó a las recién llegadas en calles cortadas por Coia y López Mora para habilitar más espacio entre persona y persona. Recordaron que era un día de «festa» y de  «loita» y les pidió que se sintiesen «cómodas».

Una veterana comentaba: «A precariedade e a violencia de xénero se incrementou, non esperaba tanta xente». Otra decía: «Xa sabedes ben por que estamos aquí e de que vai isto. Estou sorprendida da gran participación e alegrame que se demostre a conciencia cívica polo desenrolo da manifestación respetando as condicións da situación da pandemia».

Entre los asistentes a la concentración también se veían varones, entre ellos veteranos sindicalistas, amigos de las más jóvenes y novios solidarios.

En la manifestación se vieron, a través de los lemas y pancartas, que confluyeron varias líneas y generaciones de feministas. Por un lado, estaba la bandera sindical, que lucha contra la precariedad laboral de las mujeres. Por otro, se atisbó el de un feminismo ultramoderno que asume la teoría de la identidad de géneros y acoge en sus brazos a los trans. Otra corriente, muy joven, incluso emplea el nuevo lenguaje que define al viejo patriarcado como «cis, blanco y heterosexual», actualmente lo más novedoso dentro del feminismo. La palabra «cis», que se usó en varias pancartas, es un neologismo muy moderno que critica a aquellas personas (varones o mujeres) que adoptan una postura tradicional frente a nuevos fenómenos como lo transgénero.