Los burritos de Vigo que todo el mundo quiere llevarse a casa

L.Míguez VIGO

VIGO CIUDAD

El restaurante de Iria Docampo y Diego Fernández arrancó hace cinco años con una clara apuesta por el servicio a domicilio, hoy son ya un referente

26 feb 2021 . Actualizado a las 16:12 h.

Cuando abrieron no sabían nada de pandemias, de aforos interiores limitados, de clientes con mascarillas o de restricciones de la Xunta. Hace cinco años Iria Docampo y Diego Fernández simplemente soñaban con lanzarse al mundo de la hostelería, en el que no tenían experiencia, y apostar por el servicio de entrega a domicilio y abrieron Burritos Bar. «Teníamos trabajo pero decidimos dejarlo y apostar por esto, empezaba a despegar el reparto y nos interesaba. Mi pareja es mexicano y vimos que en los burritos se podía mantener muy bien la calidad en el envío a domicilio, así que decidimos especializarnos en ello», explica esta emprendedora. 

Su buena decisión no solo se basó en apostar por la calidad de la comida, también en cuidar el envase. Cuando aún no se hablaba de eliminar el plástico del día a día, estos dos empresarios apostaron por un embalaje que cuidara el medio ambiente y fuera reciclado. Con estos ingredientes, grandes dosis de cariño y dos trabajadoras en la cocina arrancaron y lograron hacerse un nombre en el sector. Ahora, un lustro después, pueden presumir de ser uno de los locales de comida para llevar mejor valorados en páginas como Tripadvisor. 

«El negocio despegó muy rápido y apostar por materiales sostenibles para el empaquetado nos diferenció. Además, el primer mes llamamos a todos nuestros clientes para valorar su experiencia y corregir fallos. Es algo que ahora seguimos haciendo con los clientes habituales, preguntar mucho su opinión y seguirla», explica Docampo.

En su carta se ofrecen entrantes como quesadillas o nachos pero el fuerte son los burritos. La comida mexicana es la estrella de estos preparados, que pueden llevar en su interior mollete, enchiladas o huevos rancheros, aunque también dejan espacio para la fusión y tienen una variedad tailandesa y otra italiana con salsa pesto. En total unos 15 tipos de rellenos entre los que se incluyen opciones para vegetarianos. 

Pese a su larga experiencia en la comida a domicilio, la pandemia también les ha golpeado. El local es pequeño y no tienen terraza, así que pese al alivio de las restricciones seguirán cerrados, decisión que ya tomaron en noviembre. El servicio de mediodía dejó de compensar así que tomaron la decisión de no servir, por lo que han tenido que recurrir a los ERTE. «Necesitamos trabajar el triple para mantenernos. Las plataformas de envío se llevan un porcentaje muy alto y además su funcionamiento afecta de forma directa a nuestra fama: un fallo en la aplicación o un retraso del repartidor nos dañan de forma directa», explica esta trabajadora. Como clave del éxito, no duda en señalar el cariño con el que preparan la comida: «aquí se hace todo como si fuera para los amigos y la familia».