La Comisión Europea acepta nuestra denuncia

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

No se han cumplido los objetivos de reciclaje y Bruselas va a estudiarlo

21 feb 2021 . Actualizado a las 20:39 h.

Nos lo advirtieron con tiempo más que de sobra para conseguirlo y no lo hicimos: en diciembre de 2020 tendríamos que reciclar en toda Europa el 50% de nuestros residuos urbanos. Hace un par de años, con una tasa de reciclaje del 17´4% a nivel estatal y todavía menor en Galicia con el 15% y a su vez menor en Vigo rondando el 10% ya avanzábamos que mucho, pero lo que se dice mucho tendríamos que apretar el acelerador para conseguirlo. No lo hicimos y acabamos de inaugurar el año 2021 con una tasa de reciclaje del 35% a nivel estatal y en Galicia y siendo muy optimistas también en Vigo de apenas el 20%, menos de la mitad del objetivo de obligado cumplimiento.

Como se imaginarán, incumplir una norma tiene consecuencias, y en esto estamos: Amigos da Terra, junto a 16 organizaciones más acaba de presentar una denuncia ante la Comisión Europea que, les adelantamos, acaba de ser admitida a trámite pues todas las prospecciones sobre la preparación para la reutilización y reciclaje en 2020 obligan a pensar que en todo el Estado no se cumplirán los objetivos establecidos por la Directiva 2008/98/CE.

En estos momentos estamos asistiendo a una concatenación de lastres: España está lastrando los objetivos comunitarios de reutilización y reciclaje, Galicia es un lastre para los objetivos estatales y Vigo lo es para los objetivos de Galicia. Sin una recogida diferenciada de la materia orgánica de nuestros residuos es totalmente imposible cumplir estos objetivos y ese es el reto de la siguiente directiva comunitaria que nos marca el año 2023 como límite para aplicar esa gestión diferenciada. Los bioresiduos son el 42% del total que producimos. Solo en el caso de Vigo unas 46.000 toneladas anuales de un recurso natural que necesitamos devolver a la tierra en forma de fertilizante tras su compostaje, y no quemarlo. En este sentido es arriesgado plantear esta misma semana una ley autonómica de residuos que pretende aplicar las directivas comunitarias de obligado cumplimiento sobre la gestión diferenciada de los bioresiduos al límite de lo estipulado para el año 2023. Es tanto como decir que acabamos de aprobar una ley que no espera retraso alguno cuando plantas comarcales de compostaje, como la del área de Vigo a día de hoy carecen incluso de posible ubicación definida. Este lastre nos aleja además de los grandes retos estratégicos globales.

Pretender alcanzar los objetivos climáticos de París con un 80% de nuestros residuos destinados a la incineración y el vertedero, la estrategia estatal de economía circular y el pacto verde europeo es, más que una utopía, directamente una quimera si seguimos así y esto tendrá un coste no solo ambiental y social, sino económico que repercutirá directamente en nuestro recibo de la basura. ¿Quiénes creen que será el destinatario final de las sanciones europeas además del Estado, Galicia y Vigo respectivamente?... usted, y yo, y todas y todos.

Entre las políticas erráticas del Ministerio de Transición Ecológica, el «gatopardismo lampedusiano» de una Xunta aparentando cambiar todo para que en realidad nada cambie y un Concello de Vigo, el principal productor de residuos de Galicia, incapaz de tomar decisiones estratégicas transformadoras y participadas, limitándose a «estar a velas vir» poniendo parches con unas docenas de contenedores marrones en dos barrios, todo indica que las sanciones comunitarias seguirán acumulándose mientras hacemos todo excepto lo único sensato social, ambiental y económicamente: priorizar reducir, compostar, reutilizar y reciclar nuestros residuos, por este orden. Y apagar la incineradora y empezar a pensar en recuperar los recursos que están depositados desde hace décadas en centenares de vertederos. Por ejemplo la nueva minería debería recordar que toneladas (miles de toneladas en el caso de Vigo) de recursos minerales ya transformados duermen bajo el vertedero del Zondal.